Entregada a los amigos de mi pareja (1)
Fecha: 13/02/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: zari, Fuente: CuentoRelatos
... Todos se daban cuenta y yo no podía evitar apretar mis manos cuando pasaba un dedo un poco más adentro de mí, e imploraba “húndeme tierra”, mientras ellos me miraban socarrones, satisfechos de verme allí incómoda, de sentir mi respiración que se alteraba, del pelo que se me caía sobre la frente y de cómo juntaba los brazos y me iba hacia adelante de la meza tratando de doblarme sobre mi cuando uno de sus dedos ingresaba en mi rajita.
En un instante intenté bajar mi mano para detener la de él pero me ordenó al oído, secó, duro: “deja las manos sobre la mesa, ni pienses en sacarlas de allí”. Pensaba miles de cosas dispares en esos segundos: si me mojo mucho le mojaré los pantalones o, no puede ser que me deje hacer esto o, aún tendré perfume? o como llegue acá dios mío…, estaré muy despeinada?
Mientras mi hombre (el que era ahora mi hombre, mi dueño) les dijo a los tres con que jugaban. A ver… Si pierdo abro dos botones de acá, y mostró la pechera de mi vestido.
-Y si ganas?
-Ganó monedas, dijo.
-Veamos, acá “pago por ver”, dijeron los tres, Luis con ellos y se rieron. Ganó esa vez, pero perdió la próxima y abrió no dos sino cuatro botones dejando mi pecho al descubierto sin embargo mis pezones permanecieron tapados por el borde del vestido.
Su mano regresó a mi entrepierna a mis labios ya mojadísimos y sus dedos comenzaban a penetrarme levemente, yo estaba retraída, avergonzada, pero me manejaban los dedos de ese hombre haciendo removerme en el asiento y ...
... sentir su sexo más y más duro bajo mis piernas.
El pelo se me vino a los ojos y levanté una mano para subírmelo pero me susurro al oído: “te dije que dejaras esa mano sobre la mesa, no la saques de allí. O no entiendes?”
Los otros dos junto a Luis me miraban interesados y sonrientes, atentos ahora a cada detalle, habían dejado de jugar y estaban pendientes de mí, sabían que estaba en las últimas, que la situación me superaba.
Yo volvía a echarme hacia adelante y exhibía mis pequeños pechos sobre la mesa “que va, me dije, somos todos adultos y no es la primera vez que van a ver un par de tetas pequeñas” pero el irme hacia adelante le permitía clavarme mejor los dedos y jadeando volvía atrás.
Sentía como sus dos amigos me miraban sonrientes, indiscretos, con la maldad en sus ojos. Yo asesaba apretando y estirando los dedos de mi mano sobre la mesa, los ojos entrecerrados. En mis 24 años de matrimonio alguna vez entré a internet a mirar pelis porno frustrada por los 5 minutos de sexo que tenía con suerte cada 15 días, buscaba dueñas de casa, matrimonios y veía con asombro como podían hacer esas cosas con negros, en grupos, con la luz prendida, son películas me decía pero también me preguntaba si podría ser cierto. Pensaba en esas mujeres y me masturbaba en la ducha. Era cierto. Podía ser cierto, claro. Y así de fácil. En una casa en una playa, en departamento del centro. Hay estaba yo sentada en uno de ellos con mi pareja al frente que me miraba feliz cuando comenzaba a ...