Ansiedad de latigazos
Fecha: 24/01/2022,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Soy Luvna, una experta en suministrar placer y dolor a quien me lo solicite; hoy recibía a una pareja que venia por primera vez. Cintia mi asistente los hizo pasar, se llamaban Ana María y Andrés, eran unos jóvenes profesionales de unos treinta y cinco años de edad; ella era una joven muy bonita, de 1.70 m de altura, vestida con una remera y una minifalda de gamuza marrón y calzando mocasines indios haciendo juego.
Ana María comenzó a contar que era masoquista y quería ser cruelmente azotada, como antiguamente se castigaba a una esclava rebelde. Su experiencia había sido solamente de auto flagelación, por eso le pidió a su novio que fuera el quien la castigara con un látigo. Andrés dijo que se negaba rotundamente, pues le parecía un disparate, además no sabría como efectuarlo. Ante la insistencia de Ana María, Andrés acepto que fuese azotada pero por una mujer y Ana María le impuso como condición que debía asistir como espectador a la sesión de castigo; el novio acepto de mala gana y acá estaba acompañándola.
Le pregunte a Ana María que intensidad de castigo estaba dispuesta a recibir, me contesto que en principio no tenia limites, iría viendo cuanto podía soportar, solamente desearía que no le quedaran muchas cicatrices importantes.
Te castigaremos de pie, suspendida de una barra, con las piernas abiertas, a fin de poder azotar todo tu cuerpo, conforme lo solicites; primeramente una tanda de azotes con un zurriago con nudos, para que tu piel tome contacto con el ...
... cuero, la caliente y coloree, servirá para que largues endorfinas y puedas resistir mas castigo y mejor, luego seguirá una tanda con un látigo largo de una cola que supongo alcanzara para finalizar la tarea de forma que quedes satisfecha. Esta introducción de Luvna produjo una fuerte excitación en Ana María y su placentera perspectiva hizo que un temblor de ansiedad se apoderara de su cuerpo.
Desnúdate y sigue las instrucciones de Cintia, le ordene. Ana María se desnudo totalmente mostrando un cuerpo perfecto, unas piernas largas bien torneadas, pies grandes con arcos perfectos, uñas pintadas de morado, pulsera en el tobillo izquierdo y anillo en dedo mayor del pie derecho; el culo bien parado con el pubis depilado, unas tetas medianas, en donde se advertían los pezones endurecidos por la excitación, en resumen una beldad. Cintia le ordeno que la siguiera hasta quedar bajo una barra que pendía del techo; separo sus brazos y aseguro las muñecas con unas esposas de cuero, luego abrió las piernas con una barra separadora y aseguro los tobillos, quedando perfectamente en tensión, con los pies apoyados en el suelo, y formando una X
Cintia trajo los látigos uno, de mango corto, compuesto por cinco ramales finos de cuero trenzado de unos 70 cm de largo terminados en apretados nudos; el otro era una flexible trenza de cuero negro de 1,50 metros de largo, con un grosor del dedo pulgar en su parte anterior y terminada en una delgada y afilada azotera de 60 cm de flexible cuero, los ...