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Tarde de estudio
Fecha: 26/12/2021, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... lamer aquel dildo. Empezó metiéndose lo que sería el glande en la boca, aprisionándolo con los labios y ensalivándolo pasando su lengua por todo él. Yo estaba a mil con aquella imagen pues me permitía ver sus pechos botar con cada mete saca que realizaba. Empezó a besar el tronco de aquel pene y aprovechó para lamer mi clítoris, haciéndome gemir fuertemente. -Ahí ahí. -gemí. Siguió mis indicaciones y continuó lamiendo, llegando incluso a succionarlo mientras hacía como que pajeaba el dildo. Este estaba ya completamente mojado y yo me moría de ganas de metérselo dentro así que le pedí que se levantara. Nos besamos de nuevo, pues cada beso suyo aumentaba mi calentura. Se puso en la cama a 4 patas, poniendo todo su culo a mi disposición. Me acerqué y empecé a pasar el dildo por su culo, atrapándolo entre sus nalgas. Por lo mojado que estaba, tras un rato resbaló hacia abajo, situándose en su vulva. Aquello la estaba volviendo loca y sabía que quería tenerlo dentro. Me retiré y un gemido lastimero salió de su boca. Me acerqué a su cara y la besé. -Me encantaría empotrarte en esa postura pero prefiero verte la cara mientras te corres para mí. Se ve que la idea le gustó pues no tardó en moverse. Esperó entonces a que eligiera yo la postura y me tumbé en la cama con aquel falso pene mirando al techo. Ella se tumbó encima de mí y empezó a besarme las tetas. Su boca se sentía tan bien. Pero estaba tan cachonda que no quería esperar. -Cabálgame, por favor. -le pedí ...
... suplicante. Levantó su cabeza y me miró con una sonrisa pervertida. Pegó un último lametón a mi pecho izquierdo y se puso de rodillas. Agarró el dildo con una de sus manos para guiarlo y con la otra abrió sus labios. Fue bajando poco a poco, notando toda la dureza de aquel miembro, hasta introducirlo por completo. Notaba sus nalgas en mi pubis y cómo empezaban a botar con sus subidas y bajadas. Con sus manos se agarró a mis hombros, ganando estabilidad en aquella postura. Su ritmo cada vez era más rápido y yo trataba de ayudar elevando mi cadera para penetrarla mejor. -Más, más profundo, sí. -pidió y no dudé en obedecerla. La longitud del dildo permitía llegar bastante profundo, logrando incluso alcanzar su punto G. Con cada embestida sus gemidos aumentaban y yo me calentaba más y más. Maldecía no tener una polla de verdad para poder notar toda su estrechez pero tenía que conformarme con lo que había. De repente empezó a aminorar el ritmo y aquello me extrañó. -No quiero acabar aún. -se explicó. La mantuve quieta sobre mí y pasé a besarla lentamente, enredando mis manos en su pelo mientras ella seguía clavándome las uñas con intensidad. Ambas teníamos la respiración agitada y estábamos disfrutando de aquel momento único. -Aún tengo un as en la manga. -dijo divertida. Me encantaba verla tan cómoda y jugueteando conmigo. Alcé mis cejas en señal de pregunta y ella bajó la mano a donde nuestros cuerpos se unían. Pulsó un botón en la bala vibradora y recibí la ...