Tarde de estudio
Fecha: 26/12/2021,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... en el bolsillo de mi pantalón. -Así que vamos a empezar con ellas y si nos sobra tiempo pues vamos viendo.
Seguimos ese método y comenzamos con la ronda de preguntas. Pronto me di cuenta de que Natalia explicaba muy bien pero su habilidad para mantener mi atención en sus palabras era nula pues, para expresarse mejor, gesticulaba mucho con las manos. Con cada movimiento de sus brazos su camiseta se iba levantando más a lo largo de su tronco, revelando unas bragas de rayitas que marcaban un culo bastante prieto. Sin poder evitarlo me mordí el labio inferior fantaseando con aquel culo que estaba disfrutando con la mirada. Una de las veces me pilló mirándola y yo bajé mi mirada a los apuntes rápidamente, apuntando algo sin sentido. Siguió explicando y me di cuenta de que cada vez gesticulaba más. «¿Lo estará haciendo a propósito?», pensé. Cada vez era más descarado y no me quedaban dudas de que se había percatado de que aquello estaba llamando mi atención. Decidí entonces no cortarme y mantener mis ojos posados en su culo mientras ella continuaba explicando. Yo iba tomando notas, a veces copiando lo que decías y otras poniendo cosas que no tenían nada que ver con aquella lección.
-¿Eso bien o tengo que repetirlo? No te veo muy atenta eh, y yo quiero terminar pronto para que nos tomemos ese café. -dijo vacilándome.
-Si me lo puedes repetir más despacio, por favor.
Ella se rio y con una pícara sonrisa comenzó a repetir las últimas frases haciendo énfasis en cada ...
... sílaba, lo cual me hacía fijarme en sus labios carnosos. Me deleitaba con cada movimiento de aquella boca, mirando su lengua moverse para pronunciar cada sonido. «Si la mueve así para hablar, no quiero imaginarme para otras cosas». Cada vez me notaba más nerviosa pero no sabía si ella se estaría dando cuenta.
-Con eso hemos terminado, ¿no? -preguntó.
Se estiró entonces y mi mirada se fijó en su culo de nuevo. Pude asentir levemente para responder a su pregunta y repasé mis labios con mi lengua, hidratándolos un poco. Se levantó mientras yo seguía en aquella silla sentada y sus pechos quedaron en frente de mi boca, a unos 30 centímetros. Levanté la cabeza para mirarla, esperando su siguiente movimiento.
-¿Dónde vamos a tomar ese café?
-Pues hay una cafetería nueva a unos minutos de aquí. Creo que son especialistas en bizcochos y me gustaría probar uno. -le comenté.
-Genial.
Se separó de mí y se sentó en la cama. Sin que yo me lo esperara comenzó a subirse la camiseta y se la quitó, lanzándola a algún lado de la cama y dejando sus pechos sueltos, los cuales con el movimiento de los brazos, botaban ligeramente. Algo se me debió notar en la cara pues me miró.
-Perdona, pensaba que había confianza y para no perder tiempo…
-Sí, sin… problema.
Me miró un momento, como decidiendo qué hacer a continuación. Se mordió el labio y retomó la posición anterior pero ahora sin esa camiseta que me separaba de sus pechos.
-¿Crees que… podríamos… pasar del café?
Asentí ...