Domadas en el crucero
Fecha: 14/05/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: noeliamarrana, Fuente: CuentoRelatos
... Desesperada comencé a dar fuertes chupones y lengüetazos a la parte baja del glande de Ricardo hasta que de repente el comenzó a temblar y a gemir fuertemente. No paso mucho para sentir cuatro chorros de leche en mi boca nuevamente, alzándome con la victoria.
-Ven aquí zorrita -me tomo Ricardo por el cabello y me llevo hacia donde estaba Betzaida, pegando nuestros rostros para que termináramos dándonos un tórrido beso, compartiendo así la leche en mi boca con mi amiga, en un beso bastante húmedo con mucha lengua y chupeteos, nada mal para ser la primera vez que tanto ella como yo besábamos a una chica.
Luego Rodrigo tomo a Betzaida por el cabello, y de manera algo brusca la puso de pie para tirarla boca abajo en la cama, con las piernas cerradas. -Que belleza... no me canso de mirar este par de culos... -dijo al contemplar el culo abultadito de Betzaida. Tomo una raqueta de ping pong y procedió a darle los 10 raquetazos correspondientes, tornando rojas las nalgas de Betzaida. Uno a uno la hizo contar y agradecer cada azote, cosa que mi amiga hizo entre grititos de dolor y excitantes gemidos.
Lo que sucedió de repente no me quedo muy claro. Rodrigo simplemente se subió sobre mi amiga, sin permitirle reaccionar, haciendo ruidos extraños con su boca, como si estuviera poseído. Quedo de rodillas en la cama con las piernas abiertas, con las caderas de Betzaida entre estas, y separo sus nalgas con fuerza dejando a la vista su ano abierto y enrojecido. Escupió en él y ...
... posteriormente le penetro el culo con su enorme güebo de un solo golpe, emitiendo un grueso gruñido de placer, además de oírse un grito de dolor de mi amiga, a quien se le notaron fuertes temblores en las piernas mientras que Rodrigo la penetraba con suma furia por el culo. Kevin imito a Rodrigo y me tomo por el cabello, llevándome a cuatro patas caminando hasta el baño donde metió mi cara en la tasa de la poceta y comenzó a penetrarme por el culo también, con suma furia, lo que me hizo pegar fuertes gritos por el dolor que sentía, y debo admitir que también por el fuerte placer.
Sin descanso alguno, me penetro durante un largo rato, gruñendo como un cavernícola, insultándome, sosteniéndome el cabello con una mano y con la otra dándome fuertes nalgadas, controlando cada uno de mis movimientos, hasta que de repente, me saco el güebo del culo, y se sentó en la parte alta de mi espalda, y aun sosteniéndome el cabello, acabo en el. Sin pararse Kevin de encima de mi espalda, sentí que otro de ellos me penetraba el culo de nuevo, sin miramientos. No logre identificarlo por su voz, ya que también emitía gruñidos y gritos distorsionados, y además yo estaba perdida en un mar de placer, ya que a pesar del fuerte dolor que sentía por tanto salvajismo, la sensación de placer era infinita, haciéndome alcanzar múltiples orgasmos, tantos que perdí la cuenta. Sin duda soy una pervertida masoquista.
Esta vez el que me cogía no duró tanto como Kevin, ya que rápidamente me saco la verga del ...