... “como me gustaría quedarme aquí adentro de ti siempre putita y que toda la vida trajeras mi verga dentro de ti para que los dos la gozáramos más”. Lo único que lograba con sus malditos comentarios era hacerme sentir enojada y más humillada.
Luego él empezó a sacar muy despacio su pene, hasta que lo sacó totalmente, me dijo: “tu culo es para gozarlo con calma, sin prisas, saborearlo despacio, tomándose su tiempo y es lo que voy a hacer putita, y si quieres apriétalo, me gusta más como me muerde la verga”. Esperó unos segundos y luego volvió a meter su miembro despacio, provocándome de nuevo el mimo dolor que antes, pues mi ano ya se estaba cerrando por los segundos transcurridos desde que él sacó su pene.
De nuevo lo metió hasta el fondo y yo apreté el ano, tratando de rechazarlo, pero eso él lo gozaba más, pues me decía: “¡ah, así putita, así, aprieta el culo, muérdeme la verga cabrona, que bien lo haces!” Otra vez se quedó quieto al terminar de meter todo su pene y de nuevo procedió a sacarlo despacio.
Así continuó durante largo tiempo, sacando y metiendo su miembro lentamente, creo que lo hacía a propósito, para que mi ano se cerrara y cuando él lo metiera, estuviera apretadito y él gozarlo más y que a mí me doliera todo el tiempo, así mismo, esto le ayudaba para no venirse rápido. Fueron minutos de largo sufrimiento para mí.
En uno de esos momentos, en que él me tenía empalada por completo, sonó mi celular; mi suegro, sin salirse de mí, alcanzó mi bolsa y buscó ...
... dentro de ella y sacó mi teléfono, no sin antes decir: “eres igual que todas las viejas, traen un desmadre en la bolsa y no encuentran nada”; luego vio que el que llamaba era José y dijo: “ah es el cornudo de mi hijo, espera, no hagas ruido” y contestó el teléfono: “Bueno… hola hijo… ah sí, es que se metió a bañar y dejó su teléfono aquí en la sala, pero ahorita que salga le digo que te llame… ah bueno, está bien, si, yo le digo que te le llamaste… ¿entonces tú le llamas mañana?... ah está bien, yo le digo que no te llame, que tu llamas mañana… ¿agitado?, no, ¡ah!, es que estaba lejos y vine corriendo a contestar, no te preocupes hijo, de acuerdo… hasta luego”. Y el desgraciado de mi suegro colgó y sin sacar aún su pene me dijo: “que dice mi hijo que hoy no lo vayas a estar chingando, que él te llama mañana; jajaja, ese cabrón ya se ha de haber ligado a otra puta como tú y por eso no quiere que le hables, de seguro ahorita va a coger toda la noche; pero no importa, mientras él te pone el cuerno, tú se lo pones conmigo, jajaja”. Y luego continuó cogiéndome por el culo lenta, pero despiadadamente.
Por fin, después de no sé cuánto tiempo, él se vino dentro de mi culo, llenándome las entrañas con su leche. Aunque me dolía el culo y otra vez me sentí humillada, me alivió pensar que terminaba y que me dejaría en paz, cuando menos hasta el día siguiente.
Pero me equivoqué; el viejo tenía otros planes; cuando terminó, se levantó y me dijo: “Como no fuiste cooperativa, te voy a ...