1. Sueños húmedos de una mujer casada


    Fecha: 22/03/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: OscarVilla, Fuente: CuentoRelatos

    ... masturbación.
    
    Con sus manos trató de tapar su sexo y sus pechos, protestando aquella intromisión. Una extraña sensación la embargó. Comprendió que estaba en manos de aquellos jóvenes. De nada le serviría tratar de huir, ni siquiera de gritar ya que el mar, con su rugido, apagaría cualquier grito.
    
    No dejaron de mirarla comentando entre ellos todo tipo de obscenidades.
    
    Uno trató de tranquilizarla, Se agachó a su lado y tras comenzar a manosearla por todo el cuerpo dijo.
    
    - No te preocupes, puta, no te haremos nada que tú no desees. Pero mejor será que sea por las buenas ya que de lo contrario será infinitamente peor.
    
    El miedo se apoderó de ella paralizándola.
    
    Uno de aquellos jóvenes comenzó a desnudarse. Su falo, erecto y desafiante, se le antojó como una enorme estaca con la que iba a ser empalada. El otro, entre tanto no dejaba de tocarla, de manosearla.
    
    Sin casi darse cuenta, el joven que la manoseaba la asió fuerte de las manos, separándolas, mientras que el que aún permanecía vestido hizo lo propio con sus pies, quedando inmovilizada y con su cuerpo en forma de aspa. Entre tanto, el que ya se encontraba desnudo se sentó sobre su cara y dejando el ano a la altura de su boca le conminó a que se lo lamiese.
    
    - ¡Mama guarra! Dame placer.
    
    Simultáneamente los otros dos apretaron con fuerza sus extremidades haciéndole comprender que no había escapatoria posible. Ella comenzó a lamer aquel ano.
    
    Entre ellos se cruzaron unas palabras que no alcanzó a ...
    ... comprender. De repente, sin mediar palabra, entre los dos que la tenían sujeta la levantaron y se la llevaron al interior del bosque hasta llegar a una pequeña construcción medio arruinada. Una vez dentro, la tiraron al suelo. El sol entraba con fuerza por aquel inexistente tejado.
    
    Ella se arrebujó en un rincón mientras unos de los individuos clavaba cuatro estacas en el suelo, fijándolas con seguridad. Terminada la fijación de los maderos la ataron en forma de aspa a las estacas quedando a su entera disposición, lista para ser usada a su antojo.
    
    Sabía que de nada valdría suplicar así que no lo hizo. Cerró los ojos y comenzó a sentir que un vivo deseo se adueñaba de ella. Su sexo más húmedo que nunca reclamaba ser penetrado.
    
    Uno de los individuos comenzó a introducir sus dedos, dilatando su sexo. Ella sintió como un enorme placer se apoderaba de todo su cuerpo. Deseaba que siguieran con aquel juego, quería que poco a poco fuesen introduciendo más dedos hasta lograr que toda la mano llenase su vagina.
    
    Los tres individuos estaban completamente desnudos. Recordó al joven de internet para el que se había masturbado. Le gustaba al igual que aquellos tres que le parecían singularmente atractivos, especialmente el primero que comenzó a tocarla.
    
    Sin decir palabra uno de ellos se colocó frente a su cara, su pene quedó a la altura de su boca. La obligó a que la abriese y aquel falo comenzó a penetrarla oralmente, con fuerza, con deseo. Pronto le vinieron las primeras arcadas ...