TENERIFE: SOFIA
Fecha: 12/03/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Masturbación
Anal
Autor: placerparatuyyo, Fuente: xHamster
... pasó de acariciar su pecho a acariciar de nuevo su sexo, masturbándole yo también a ella, pues estaba medio reclinada en la cama.Sus movimientos, lentos en un principio, ganaron en intensidad a medida que mis caricias le excitaban más y más; se volvieron casi frenéticos al introducir un dedo en su coño mojado, y su respiración nasal pareció no dar más de sí cuando le acaricié intensamente el clítoris.Sofía se estaba corriendo de nuevo, y me miró con sus ojos casi desorbitados, como suplicando que yo me corriese ya dentro de su boca para poder disfrutar de su orgasmo. No pude más; atraje su rostro, me introduje lo más hondo que pude pero sin causarle daño, y exploté en un orgasmo tan brutal como ella lo había hecho.Fuese porque se estaba corriendo cuando yo me corrí, o porque quiso probarla por vez primera, la única leche que no tragó fueron las últimas gotas que dejé sobre sus labios al salir de su boca.Tras un par de minutos resoplando los dos como si fuésemos caballos después de una carrera dijo riéndose: “Un poco amarga, pro no está mal. Creo que me he bebido unos cuántos litros”.Mientras me recuperaba y fui a buscar un par de cervezas, Sofía llamó a Antonio y al entrar de nuevo en la habitación escuché que le decía que ya estaba en casa, que todo había ido muy bien, que había sido una cosa sencilla y rápida, sin dolor, ayudado por mi enfermera, que había sido muy amable, pues le había dicho que me encargaría de llevarlo personalmente a anatomía patológica para poder ...
... darle los resultados el jueves, que ya había cenado algo y que ahora se iba a la cama.Lo único cierto fue lo de amable –tanto como Sofía-, lo de que algo había cenado y que ahora se iba a la cama.Acabarnos las cervezas y ponerse mi polla morcillona fue todo uno, y como Sofía estaba muy mimosa, pues a besarnos hasta las amígdalas mientras como buen dermatólogo, recorría toda su piel hasta el último poro y ella recorría la mía como buena alumna, llenándonos de besos el cuerpo, de pequeños picotazos, besándole su entrepierna para que el caudal de humedad no disminuyese hasta que por fin me recupere y a la vista del estado de mi polla dije: “¿empezamos contigo arriba y terminamos contigo abajo?”, tumbándome sobre la cama.Y ahí estaba Sofía: abriéndose de piernas, mostrando su pubis con el triángulo de pelo que acababa en el sexo, con los labios de su coño bien abiertos, su agujerito bien dispuesto y cogiéndome la polla para frotarse con ella, como para comprobar su estado, hasta que la puso en su entrada, apoyó sus manos en la cama y se la fue metiendo dentro, mientras sus pechos bamboleaban cerca de mi cara.Imposible no acariciar sus pechos, turgentes, besar sus areolas, comer sus pezones, mientras su cuerpo se deslizaba sobre mi polla, de modo acompasado, una y otra vez, sin parar, hacia adelante y hacia atrás, hasta sentirse llena de ella y yo rellenándola, mientras de nuevo el rubor volvía aparecer por el frotar con esmero y sin cansancio.Se irguió para empezar a saltar sobre ...