Negación - Capítulo 8
Fecha: 07/03/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... de casa. Sentí sonidos desde el baño. Recogí toda la ropa del suelo y la tiré sobre la cama. Iba a tener que agradecerme esta muestra de humanidad, el nunca hizo ese gesto conmigo cuando me dejaba con el trasero adolorido después de nuestras sesiones.
- Pensé que te habías ido – dijo cuándo me vio, se quedó parado en el acceso del baño.
- Sólo quería asegurarme que estuvieras bien – le mentí.
- Te voy a matar – me amenazó - ¿lo sabes?
- No creo que estés en condiciones – me encogí de hombros. Era verdad, si el trataba de atacarme en ese estado, lo mandaría a freír monos al África con una Mega-Patada-KameHameHa.
- Ahora no, pero siempre hay un mañana – puntualizó.
- No creo que estés pensando muy bien tu plan, ¿sabes? – le refuté – Siempre puedo poner una orden de alejamiento en tu contra, o escribir cartas que te apunten como culpable si algo me pasa. Así que… ahórrate el sicario y las amenazas y supéralo amigo.
- Eso si logras salir vivo de aquí – me congelé.
- No podrías ganarme, no en ese estado. El dolor te hará más lento – inventé, esperando que agarrara el anzuelo.
- Tienes agallas – me elogió. Hice un mohín, agarré sus bóxer y se los lancé, los atrapó justo a tiempo antes que golpearan su cara.
- Vístete – le ordené – tenemos que ir a ver a Eduardo, hace tiempo que no lo veo y quisiera decirle “Hola” y tal vez darle un beso.
- ¿Iremos a ver a Eduardo? – preguntó sorprendido.
- Por supuesto, lo extraño – ironicé al tiempo en que ...
... comenzaba a salir de la habitación, yo tenía un plan que ejecutar. Cuando llegué a la puerta me volví – Te espero abajo – dije, dejándolo atrás, solo.
- - -
Íbamos en silencio por la carretera. No nos habíamos vuelto a dirigir la palabra, tampoco me interesaba hablar con él. Tenía un plan en mente. Ya había dado el primer golpe, saqué al hombretón a mi lado del juego por un largo tiempo. Tenía que encargarme del otro bastardo. Si él me creía perdido, se equivocaba. Yo también puedo ser peligroso, el imbécil a mi lado era testigo.
Me sentaba en el lugar del copiloto. La tensión entre nuestros cuerpos era palpable, estábamos más cerca de lo que mi médico habría recomendado, sentarse al lado de éste tipo, con la ira que contenía, era un factor de riesgo para la vida de cualquiera, para mí era suicidio seguro. No me importó, tomé el riesgo sólo para marcar territorio.
Verlo llegar al auto fue… grandioso. No sé de donde saqué la seriedad necesaria para no reír a carcajadas. Cojeaba y hacía una mueca de dolor con cada paso que daba. Antes de poner un pie frente del otro parecía elevar una oración al cielo para que un ángel descendiera y le sanara la verga. Deseé haber estado al interior del recinto para verlo bajar las escaleras, seguramente lo hizo a rastras. El ápice de la diversión fue cuando se sentó en el auto. Juro que lo escuche sollozar. No pude aguantar, me reí descaradamente en su cara. No dijo nada, sólo me fulminó con la mirada, yo no me dejé amedrentar, el show ...