Encuentros con Sofía (Cap. 7 - Un día de la madre diferente)
Fecha: 10/07/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: andrewotero, Fuente: CuentoRelatos
... siento lo mismo, le dije, pero ya no puedo más con este dolor y esta angustia. He tratado de sacarte de mi mente, pero es imposible, he intentado olvidarte con otras mujeres y lo único que consigo es amarte más. Las mujeres que busco, inconscientemente se parecen a ti, ya sea físicamente o en su forma de actuar.
- Pero… Está mal… no debemos… Me dijo entrecortadamente y llorando, yo había puesto también mis manos en su rostro y secaba sus lágrimas, mientras ella seguía secándome las mías.
- Lo sé, le dije, pero al escuchar esa frase suya “no debemos”, en ningún momento dijo “no debes”, me dio la pauta para dar un paso más.
Sin preguntárselo siquiera y aprovechando lo cerca que estábamos el uno del otro y que tenía mis manos en su rostro, me acerqué a su rostro y la besé, al principio con temor, un beso tembloroso y tímido, que al principio no fue correspondido, pero que al separarme de ella pude notar que tenía cerrados los ojos, como entregándose a este pecado prohibido que estaba por empezar. Noté que sus labios se quedaron entre abiertos, como si me pidieran que continuara besándolos, estaban pintados de un color rojo muy bonito, que incitaba seguirlos besando.
Y así lo hice, mientras ella había dejado caer sus manos de mi rostro y ahora las tenía en mi pecho como tratando de alejarme de ella, pero que a ningún momento hicieron el menor esfuerzo por hacerlo, la besé nuevamente, pero esta vez fue distinto, rosar sus labios on los míos, y poco a poco me fue ...
... correspondiendo, de tal manera que pronto nuestros labios se fundían en el más apasionado de los besos que jamás podría haber imaginado, si nos separábamos era para respirar, y volver a besarnos, los dos lo hacíamos con los ojos cerrados, entregándonos completamente el uno al otro. Decidí ir un poco más allá, y empecé a tratar de introducir mi lengua en su boca, seguramente fue un error.
Al principio como que le sorprendió esto, intentó separarse, pero tomándola de su rostro, la apegaba más a mí, creo que pronto le encontró el gusto y nuestras lenguas jugaban una con otro, entre cada beso, cuando ella introducía su lengua en mi boca, yo la absorbía como para no dejarla salir, ella hacía lo mismo con la mía en las mismas condiciones. De rato en rato le mordía los labios, y ella hacía lo mismo conmigo. En un momento de esos puso sus brazos por sobre mi nuca, y me acariciaba el cabello apasionadamente, yo la tomaba de su cabeza y la apegaba a mí, mientras acariciaba sus brazos desnudos, no me atrevía a bajar más ni ser más obvio en que quería hacerla mía, en ese momento exacto ninguno de los dos se acordaba que ella la madre y que él era su hijo.
Durante todo el tiempo que nos besamos, no cruzamos una sola palabra, solo nos entregamos a la pasión del momento, a besarnos, y devorarnos uno al otro. No hubo toqueteos sexuales ni atrevidos. Al final, exhaustos de besarnos, nos quedamos frente contra frente, nariz contra nariz, y con una satisfacción inigualable.
- Te amo tanto, ...