1. Natalia me pilló haciéndola una foto


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... supongo, iban a comprar lo mismo que yo.
    
    De vez en cuando miraba al coche. Solo faltaba que me multaran por aparcar en doble fila.
    
    Como 10 minutos más tarde, conseguí salir con la compra. Unos preservativos superfinos para sentir mejor a Natalia. Por dentro me reía. Después de todo, iba a triunfar.
    
    Llegamos al descampado. No hacía mucho calor. Miré alrededor y vi una piedra grande. Allí me la tiraré, pensé.
    
    Saqué una manta que llevaba en el maletero y la puse al lado de la piedra. Nos sentamos y enseguida pasamos al lío.
    
    -En serio, me dijo. ¿Nunca te diste cuenta de cómo te miraba?
    
    -Sí, me fijé. Pero pensé que solo sentías curiosidad por mí. Nunca pensé que fuera en plan... me gustas. Como nunca me dijiste que guapo vienes hoy o alguna chorrada así.
    
    -Pues no, es verdad, no soy de esas. Pero me ponías cachonda cada vez que te veía. ¿Recuerdas aquella vez que te dije voy al baño a refrescarme?
    
    -Si.
    
    -Pues lo hice y luego me senté en la taza del váter. Me había secado la cara, pero por debajo estaba húmeda. Me hice un pedazo de dedo, que tuve que morderme los dedos para no gemir como una loca en el baño y que todo el mundo me oyera.
    
    -Yo también me la he cascado pensando en ti...
    
    Con esa conversación mi rabo ya estaba tieso. Le quité el vestido que llevaba y la dejé en ropa interior. Ella me desnudó a mí. Mi rabo apuntaba a su ombligo.
    
    Natalia se agachó y me hizo una de las mejores mamadas de mi vida. Diréis que en estos relatos siempre ...
    ... decimos lo mismo, pero es verdad. Fue una mamada maravillosa.
    
    Aunque me había corrido esa mañana, estaba a punto de volver a correrme de nuevo, así que le pedí que parara, que quería saborearla.
    
    Natalia se quitó las bragas y el sujetador y se quedó en pelotas frente a mí.
    
    Muy sumisa, se abrió de piernas mostrándose su chocho. No lo llevaba muy depilado, y a mí no importó tampoco, la verdad.
    
    Se lo comí lo mejor que pude. Tampoco me indicó como le gustaba que se lo comieran. Y cuando la humedad lo llenó, saqué la caja de condones y extrayendo uno, me lo puse con cuidado y lo desenrollé hasta la base de mi polla que estaba a punto de reventar.
    
    La penetré lentamente, muy despacio, como si fuera la última vez que iba a estar dentro de ella, y una vez dentro, me quedé quieto.
    
    Ella se me quedó mirando al verme quieto, como diciendo, ¿qué haces tonto? y enseguida comencé a bombear.
    
    Iba despacio, saboreando el mete-saca como si fuera la última vez, como os dije. Al principio la expresión de su rostro no cambió, por lo que decidí acelerar las embestidas. Y entonces sí que empezó a disfrutar.
    
    -¡Ah, ah, ah! Juan Carlos, Juan Carlos, sigue así, sigue así, ah, ah, ah.
    
    Yo estaba callado, pero estaba disfrutando tanto o más que ella.
    
    Después de un rato de follármela así, decidí ponerla de pie. La giré de espaldas a mi y la apoyé contra la piedra.
    
    Ahora iba a cumplirse mi fantasía. Podía ver su culo. Su magnífico culo que siempre había imaginado bajo su vaqueros o ...