1. Natalia me pilló haciéndola una foto


    Fecha: 09/02/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... mosquita muerta, pensé...
    
    Se rio al ver que no la contestaba, pero estaba claro que sabía que había hecho con esa foto. ¿Y quién no decía que ella habría hecho lo mismo con mi foto? Hacerse un buen dedo, claro. El pensar en eso me puso cachondo para el resto de la tarde.
    
    Ya por la noche, al salir de currar, me dijo si podía acercarla a un sitio en concreto. Yo sabía que ella no vivía allí.
    
    Le dije que sí, pero luego pensé que era un idiota por llevarla, porque seguro que lo que iba a hacer era quedar con algún maromo y que se la follaría. Mis pensamientos de que sí le gustaba, se habían desvanecido.
    
    Íbamos por la carretera a donde me había indicado y creía que nos habíamos perdido, cuando sentí su mano izquierda en mi paquete.
    
    No pude reaccionar, creía que nos íbamos a chocar.
    
    -Tranquilo hombre. Anda, sal por esa salida.
    
    Salí por donde me dijo, ya un poco más tranquilo.
    
    Me indicó donde parar.
    
    Cuando apagué el motor, me habló. No se veía nada por allí.
    
    -¿No te has dado cuenta de cómo te he estado mirando todo este tiempo?
    
    -Sí, pero las tías sois tan raras...
    
    -Pues me gustas, tío. Ya está, ya lo he dicho.
    
    -¿No vas a ver a tu novio?
    
    -¿Qué novio? No tengo novio. Como estabas así... decidí yo tomar la iniciativa. Sabía que me hiciste la foto para meneártela con ella. Y yo también te tomé una a escondidas hace unos días. Me hice un buen dedo con ella y diciendo esto se sonrojó.
    
    -¿Te corriste?
    
    -Claro, tonto. Me corrí como una ...
    ... perra...
    
    Y diciendo esto me cogió la cabeza y me comió la boca.
    
    Nos besamos, nos sobamos, pero no follamos. Cuando estábamos a punto, yo empalmado y ella mojada, nos masturbamos mutuamente.
    
    Nos corrimos como locos. Casi mancho el asiento con mi semen.
    
    Natalia me ayudó a limpiarlo todo.
    
    Más tarde la llevé a su casa. Me dijo cuándo quedaríamos para follar y que yo pusiera el sitio.
    
    No pude esperar más de una semana. Le propuse quedar en un descampado, lejos de su casa y de la mía, lo que llamábamos terreno neutral, jeje.
    
    No le pareció mal, aunque me dijo que lo haríamos con condón, que como no tenía novio había dejado de tomar la píldora y no quería quedarse preñada, que aunque sabía que era buena persona y no tendría ninguna enfermedad que pegarla, lo haríamos así.
    
    Bueno, mejor es eso que nada, ¿no?
    
    Los días pasaron rápido. Yo estaba nervioso por nuestro encuentro y me la casqué los días previos pensando en ella.
    
    Al fin llegó el día en cuestión y me la volví a menear, más que nada por si nada más metérsela, me corría enseguida por lo cachondo que me ponía Natalia.
    
    La recogí lejos de mi casa y antes de salir para allá, me dijo:
    
    -¿Llevas condones?
    
    -¡Hostia! No. No tengo.
    
    -Mira, por aquí hay una farmacia. Para en doble fila y yo te espero.
    
    Paré en doble fila y me bajé corriendo. Iba a estropear mi polvo. Estúpido, estúpido, pensé.
    
    Había una cola grande en la farmacia. Señoras mayores con sus nietos esperando y un par de parejas jóvenes, que ...