... hemos sido como hermanos, yo soy el menor de la familia, cuando yo nací el tenía ya 15 años y me trataba cuando yo era niño con mucho cariño, a poco de su llegada ese día comenzamos a preparar el almuerzo, mi hermano y el hicieron un riquisimo asado, yo hice la ensalada, puse la mesa y almorzamos en el patio a la sombra de los árboles, mi hermano y el Bestium se pasaron un poco tomando un buen vino tinto y después del almuerzo nos quedamos un buen rato charlando los tres y todavía bajo el efecto de los tragos, se desafiaron con mi hermano, quien de los dos se animaba a montar la yegua de mi padre, sin montura, solo con las riendas, ¡¡estando en pelotas!! y llegar a todo galope hasta lo mas lejos que pudieran de la casa, yo me largué a reir por lo insólito de la cosa, mi hermano le aceptó la apuesta, trajeron la yegua, se desnudaron y primero dieron varias vueltas cada uno a la casa a todo galope y en medio de risas y gritos, luego lo mas atrevido, llegar hasta la entrada al campo, con el riesgo de ser vistos por alguien que pasara por el camino, primero mi hermano llegó a la mitad del camino y regresó, luego el Bestium montó y a todo galope llegó hasta la entrada misma del campo y ganó la apuesta. Por la noche, después de la cena y otros buenos tragos, comenzaron hablando de lo que yo ya conocía, el Bestium y mi hermano abordaron ya sin ningún tapujo el tema de la zoofilia, hablaron de sus experiencias como algo natural y normal en un hombre, así supe que mis otros dos ...
... primos también la practicaban, que tenían sus yeguas y se las culiaban también, a pesar de que ya eran casados y con hijos, de esta forma esa noche terminamos los tres en la caballeriza, yo solo como espectador, ¿Que podía hacer yo con 12 años al lado de esos dos tios grandotes, hombres muy bien dotados? El que tomó la posta fué el Bestium, al entrar a la caballeriza, se saco la camisa y el pantalón se dedicó a acariciar a la yegua, primero hizo lo que mi hermano me contó hacía mi padre, caricias con las dos manos en la cabeza del animal, pegar su cara a la de ella, seguir acariciando, darle muchos besos en el hocico, decirle cosas tiernas mientras que mi hermano le acariciaba la concha, le metía los dedos y luego trajo el banquillo que usaba mi padre para llegar a la altura de la concha de la yegua, el Bestium se sacó el calzoncillo y mostró que tenía una pija que estando parada superaba a todo lo que yo imaginaba, el dice que le mide 22 cm, subió al banquillo, agarró la cola de la yegua se la puso al hombro y comenzó a jugar con la pija en la entrada de la concha de la yegua, ella estaba nerviosa y bufaba ya sabiendo que se venía, luego de unos segundos de juego, comenzó suavemente a penetrarla, en la caballeriza había un silencio total, yo en el colmo de la calentura por ver al Bestium como la penetraba lentamente, hasta que se la mandó a toda, la sujetó por las ancas y comenzó el mete saca, la yegua retrocedió un poco como para clavarse un poco mas en la formidable pija de mi ...