1. Tengo 34 años y el vicio de culiar gallinas - Tercera parte


    Fecha: 31/01/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... muy bien como le entraba y salía la verga parada a full en la concha de la yegua, como también escuchar los sonidos que producía el acople de mi padre con la yegua, el mete saca furioso y las contracciones de la concha de la yegua que producen esos ruiditos característicos. Por ese entonces según me dijo mi hermano, el tenía 16 años y aunque ya hacía rato que se culiaba las gallinas y tenía el grupo de sus hembras para desahogarse, el ver lo que estaba mirando, le provocó una calentura tan grande que se tuvo que pajear en la oscuridad donde estaba, nuestro padre, un gringo tan serio, tan reservado para abordar temas de sexo, estaba ahí sobre un banquillo para poder llegar a la altura de la yegua, bien acoplado con ella, con ambas manos se sostenía de sus ancas y sacaba casi toda su verga para volver de nuevo a mandarla a toda hasta los pelos y era muy pero muy visible que lo hacía como si fuera el potro, el macho de su yegua, el que ya lo hacía quien sabe desde cuando, con toda la naturalidad, me decía mi hermano que de tanto en tanto se escuchaban leves gemidos de placer hasta que puso mayor frenesí en el mete saca hasta llegar a un fuerte ¡¡Aaaaaaaaaaaaa!! ¡¡Aaaaaaaaaaa!! y después de unos segundos, se despego de ella, se fué por delante y la acarició con ambas manos largamente y pego su cara a la del animal mientras la seguía acariciando, como agradeciéndole el polvazo que se había echado con ella. Esto se repetía con la misma frecuencia que comúnmente un macho necesita ...
    ... cogerse a su hembra, al principio siempre mi hermano lo espiaba lo cual le despertaba mucha calentura, después ya no le interesó mas hacerlo, también descubrió que por las tardes, la ensillaba y se iba a todo galope como a ver las vacas y allá en medio de la espesura del monte también se la culiaba muy bien, fué así que supe esto tan inesperado por mi, entonces comencé atando cabos como se dice, comencé a recordar cuando lo veía a mi padre como mimaba a su hembra, entonces nada me hacía sospechar esto, pero era muy evidente todo, salvo que yo en mi inocencia, no sabía nada de zoofilia y no podía sospechar lo que había entre mi padre y su yegua, su trato preferencial con el animal, el silbaba y la yegua le contestaba con un relincho, cuando lo veía llegar hacia ella, se ponía contenta, le demostraba a su potro cuanto la hacía gozar, para satisfacción de ella, el tiene una "herramienta" , digna de un actor porno de los mejores dotados. Al día siguiente de la partida de nuestros padres, llegó uno de nuestros primos, el mayor, tenía por entonces 27 años, un gringo muy alto, corpulento y con toda la fuerza que dan a veces las tareas del campo, rubio y bien bronceado, muy guapo, pero tan bruto en sus modales que siempre nos sacaba una carcajada, yo le decía cariñosamente El Bestium porque todo lo que tiene de bruto, lo tiene de bueno, el se mataba de risa cuando yo a los 12 años le decía Bestiun y me invitaba a boxear en broma y todo terminaba en un abrazo, el Bestium y yo, siempre ...
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