Mi hermana Julia - 4 -
Fecha: 26/01/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... pero una chica. Para que te quites ese miedo que dices que tienes, te voy a descubrir alguna parte de mi cuerpo, pero con la condición de solo mirar: nada de tocar ¿eh? - Lo prometo, Mónica. Solo miraré. Mónica se quitó la parte superior del bikini y me mostró sus pechos. A la poca luz de la luna no los pude apreciar con demasiada claridad, pero me gustaron mucho. - No me ha costado trabajo enseñártelos, Luis, porque yo de vez en cuando hago topless en la playa y me he acostumbrado a estar así, aunque sea de día. ¿No has visto nunca a una chica en topless? Hay muchas por esta zona. - Sí que las he visto, pero me da vergüenza y solo las miro de reojo cuando paso cerca. Así no me entero de casi nada. Siempre pienso que me saldrán con un: ¿Qué miras, chaval? Y eso me corta mucho. - Hoy no hay mucha luz, hay algunas nubes, pero te puedes fijar bien en mis pechos. Míralos bien, Luis. Y recuerda esto; cuando se los quieras tocar a una chica, no se los aplastes, a veces duele. Tienes que hacerlo con suavidad y con delicadeza. Así, y Mónica se puso a acariciárselos. Ven. Déjate llevar. Me cogió la mano, la puso sobre el derecho y la fue llevando por todo alrededor y sobre el pezón. Lo repitió con el izquierdo. Yo temblaba de emoción. Una chica, Mónica, me estaba dejando que le tocara los pechos. No me lo podía creer. - Ahora fíjate ahí abajo. Te lo voy a mostrar pero sin quitarme la braguita. La apartaré un poco. Me quedé ensimismado cuando vi el pubis de Mónica. Estaba rasurado, ...
... sin un solo pelito y con la vulva cerrada, pero para mí fue algo sensacional. No me llevó la mano ahí y bien que me quedé con las ganas de tocarlo. Cuando Mónica se colocó bien la braguita del bikini y se puso la parte superior era ya la una y media. Enseguida apareció Julia. Nada más verme se acercó a mí, me cogió la cara entre sus manos y me plantó un beso en toda la boca que me dejó turulato. - Lo prometido, hermanito; por portarte bien. - Ese beso no es muy de hermana mayor, Julia, le dijo Mónica con cierto retintín. Julia venía loca de contento y se deshizo en frases de agradecimiento a Mónica. - ¡Joder, tía! Cómo lo he pasado. ¡Guay! ¡Ha sido sensacional! ¡Ha sido flipante! Te lo juro ¡He flipado! Mónica. ¡Flipado! Te debo una… y cien… y mil. ¿Qué tal se ha portado mi Luisito? - Fantástico. No me ha dado nada de guerra. Se ha portado como un hombrecito. Hasta creo que ha podido aprender algo, -dijo Mónica guiñando un ojo-. - Julia; Mónica es extraordinaria. Y a ti ¿Qué tal te ha ido? - Pues muy bien; curiosón. Ya lo has oído ¿no? Pero no preguntes más; de ciertas cosas no se pregunta. Respeta la intimidad de tu hermana. Nos encaminamos cada uno a su respectiva hoguera a recoger nuestras cosas, nos despedimos de nuestros amigos y un poco antes de las dos estábamos los tres en el Paseo, a la espera de nuestro padre, que no tardó nada en llegar. Como buen machista, mi padre me sentó con él, delante, con la excusa de dejar a las mujeres atrás y que hablaran “de sus cosas”, ...