... de los pies, desde mi nuca hasta mi esfínter, di 3 o 4 estertores y el más maravilloso orgasmo desde mi adolescencia me invadió, quise gritar, balbucee, gemí, volvía una y otra vez a morder aquella almohada, Javier me atesoraba con sus manos como tenazas prendido de mi hombro y cadera, a cada estertor me daba un fuertísimo embate, vi las estrellas, quería lamerlo, morderlo, besarlo, apretarlo, comérmelo, pero solo pude atinar a tirar mi brazo hacia atrás y apretar su duro glúteo hacia mí.Javier parecía disfrutar como un niño con el juguete deseado, siguió en su bombeo, ahora cada vez más duro y parejo, se venia en mí, sentí como mi vagina con chorros casi interminables de semen se inundaba, haciendo el sonido característico del encharcamiento vaginal, no paró, continuo y continuo, hasta que me di vuelta para besarlo en la boca, se detuvo solo para hundirme la lengua hasta mi garganta, saco aquella verga humeante de mi vagina llena de semen y flujos, sentía como los chorros de semen sobrante me recorrían vagina afuera espetando sonidos de aire y liquido, estaba en el limbo, me sentía mujer otra vez, es más me había sacado todo el recato y me sentía salvaje, sucia, fuera de las formas, puerca, sin ningún sentimiento, solo sexo brutal y genial, me sentía una puta feliz, usada y saciada. Entre besos y caricias decidí ir a ducharme, ya en la ducha tocaba los líquidos, que aún salían de mi vagina, los llevaba cerca de mi nariz para olerlos sintiendo aquel olor que me enloquecía y ...
... me excitaba más, aquel olor que me había regalado mi yerno, mi hombre, el hombre que me iba a hacer gozar después de tanto tiempo en aquellos días lejos de todo.Luego de la ducha volví a la cama a su lado, él sentado en la cama, tapado con la sabana de la cintura hacia abajo, yo desnuda, me recibió con una gran beso en la boca, que continuo por mi cuello buscando mis pechos, mis pezones parecían saber la intención ya que se endurecieron tanto que me dolían, dolor que solo aliviaba la palma de la lengua de Javier cuando jugaba con ellos o los introducía en su boca para morderlos con los labios, demás esta decir que estaba envuelta en llamas otra vez, otra vez empecé a sentir una humedad abundante en mi interior, sus dedos pronto lo descubrieron, como mi mano descubrió su enorme nueva erección , continuando entre besos y caricias, comencé a masturbarlo, Javier gemía, fue cuando me pregunto pidiéndome “Pilar eso mismo podrías hacerlo con la boca?”, una sonrisa compartimos, me recogí el pelo y fui acercándome lentamente hacia aquel obelisco de carne, pude volver a sentir aquel olor de la ducha, ese olor a macho a semental en celo que me mojaba cada vez más, le di un dulce beso en el glande, lo mire a los ojos para comprobar su disfrute, saque mi lengua lo más que pude y desde el tronco hacia arriba comencé a recorrerlo con mi lengua; una confesión entre líneas desde adolescente me fascino dar sexo oral a mi pareja ocasional es algo que me excita sobremanera; me apasiona realmente ...