... mis manos y me acosté sobre ella, aplastándola con el peso de mi cuerpo. Le susurré al oído:“A ver cuñadita querida, cuánto tiempo hace que no te coge un verdadero macho?.Solange sonrió con picardía y se volteó a mirarme para decirme que ella también estaba muy caliente conmigo desde que me había visto en el aeropuerto y había sentido mi verga dura rozando su pubis al abrazarme…Interpreté que esa respuesta me autorizaba a seguir adelante, así que me bajé los pantalones y tomé mi verga endurecida con una mano, mientras con la otra le abría a la nena los cachetes de la cola. La visión de su entrada anal bien estrecha me provocó un ardor inusitado en la punta de la verga; sentí que tarde o temprano, iba a tener que romperle el culo a mi cuñadita…Le pregunté distraídamente: “Este culito tan cerrado está todavía intacto, bebota?”.Ella largó una carcajada, diciendo: “Crees que a mi edad puedo tener la cola virgen??”Y entonces siguió diciendo: “Anoche me dejaste muy caliente en la cama y desapareciste, así que me hice varias pajas pensando en lo bien que podríamos haberlo pasado,,, ahora la concha me arde, así que quiero tu pija en mi cola…”Estiré mi mano hacia el pan de manteca que estaba sobre la mesa y unté mis dedos, metiéndolos luego bien profundo en el ano de Solange para lubricárselo. Ella volvió a reírse, diciendo que se sentía como la protagonista de aquella película…Yo estaba desesperado por penetrar ese culo estrecho; así que sin darle tiempo a nada, me lancé hacia ...
... adelante y le metí la cabeza de mi verga, que traspasó sin dificultad su esfínter ahora no tan cerrado…La nena gritó de dolor, pero enseguida comenzó a gemir suavemente y a pedirme que se la metiera más a fondo. Un par de empujones más y cumplí su deseo: finalmente su última resistencia anal se entregó a la potencia y dureza de mi verga.Solange la sintió bien a fondo y comenzó a moverse ella contra mi pija, provocándome una sensación de placer increíble con sus vaivenes de cadera. Ahora veía mi verga dura entrar y salir de ese culo ya no tan estrecho.Me tuvo así por casi diez minutos; ella bombeándose a sí misma contra mi pija erecta. Mientras yo veía que se tocaba y acariciaba la concha, buscando su propio orgasmo.Llegó el momento en que sentí estaba por alcanzar mi propio clímax, así que aferré sus redondas caderas mientras explotaba y me vaciaba en el fondo de su culo.Mi cuñadita también gimió al sentir que la invadía mi semen caliente.Me quedé reposando sobre su espalda, con mi verga todavía enterrada en el fondo de su cuerpo, cuando ambos oímos claramente que se cerraba la puerta de calle de un golpe. Alguien había entrado y ahora taconeaba por el comedor hacia la cocina.Me salí del culo de Solange a las apuradas y ambos nos acomodamos las ropas, sentándonos luego uno frente al otro, tomando las tazas de desayuno…Justo cuando yo alcanzaba el pan de manteca, mi dulce Anita apareció en la puerta de la cocina, diciendo que había regresado a buscar unos expedientes olvidados.Ana ...