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Mi primera experiencia - Parte 6
Fecha: 15/06/2017, Categorías: Gays Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos
... cubría los ojos, me sentí una cebra en celo siendo servida nuevamente por ese burro que ya tenía todo su aparato desplegado. Empujando hacia atrás busqué la ansiada penetración. Viendo el show de Mabel yo también desee gozar mucho. Con mis manos me separé bien los cachetes para abrir mi sexo al máximo posible haciendo que la frondosa cabeza entrara sin dificultad y muy lentamente comenzó a introducirse rebosada en el tibio flujo que brotaba de mi vulva. El renovado placer me hacía delirar con fuertes quejidos que revelaban mi goce total. La sentí chocar en el fondo. Miré en el espejo del costado y ví que aún quedaba afuera la mitad más gruesa del enorme pene que separaba mi culo erguido de esos dos hermosos genitales cargados de semen. Me conmovía pensar en el placer que me causaría sentir los testículos de ese animal golpeando en mi cola pero sabía que era imposible intentarlo. Al mirar hacia donde estaba mi amiga Mabel ví que continuaba brincando como una cabra enloquecida cogiendo con el moreno en el umbral de un orgásmico final. Pero yo me encontraba demasiado ocupada como para pensar ahora en el interesante mulato. Me tocaba el vientre con la mano, palpando la cabeza de esa verga que se movía en mi estómago como las patadas de un bebé en el dulce embarazo. El movimiento era cada vez más feroz, mi cuerpo agitado en un furioso bombeo y mi calentura insostenible me hizo entrar en un estado de excitación tal que el placer y el malestar se confundían con mis ...
... gritos y alaridos de yegua enfurecida. Nuevamente, el Domador hizo que el hermoso cosquilleo se fuera apoderando de mi cuerpo que se estremecía en salvajes contorsiones. Al entrar en clímax tendí hacia atrás mis brazos aferrándome con mis uñas a las nalgas del cirujano como si me lo quisiera devorar entero. Percibía la sensación del orgasmo que invadía mi cuerpo entero, mientras acababa con un goce enloquecedor. De mi vagina brotaba el flujo caliente que rebozaba el tronco y los testículos del Domador para luego caer en la alfombra. Quizá fueron dos o quizás tres, no recuerdo pero fue una secuencia de orgásmica locura que no me daba posibilidad de parar. Sentí que la enorme poronga comenzó a inflamarse aún más como si fuera a desgarrarme, pero el placer de culear con ese temperamental cirujano, era infinito. Mis ojos muy abiertos casi desorbitados, bañados en lágrimas de placer, se centraron en la mirada del cirujano que reflejada en el espejo, daba señas que se venía. Pude ver también la imagen de mi amiga Mabel que continuaba brincando como una cabra enloquecida cogiendo con el moreno en su fastuoso orgásmico final. En un rápido giro me senté y le tomé la verga al veterano para perderme en mi boca atorándola en mis cuerdas vocales. Él empujaba con su mano mi cabeza haciéndome entrar el enorme botón hasta el esófago y en mis fallidos intentos de alcanzar con mis labios su velloso tronco las arcadas desde mi estómago me hacían balbucear con lágrimas en los ojos intentando ...