Duro, fóllame duro
Fecha: 02/01/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... de carne y hueso.
-¡Y qué esta rica, rica, rica!
Le comió el coño con lujuria y Leonor ya no se pudo contener. Comenzó a gemir con el placer que estaba sintiendo.
Estaba con los ojos cerrados, acariciando la cabeza del maromo y gimiendo cuando llegó al lado de ellos un policía. Sacó la polla. Se puso a mear, y dijo:
-¿Necesitas una polla más, Leonor?
Leonor, respiró aliviada. La violación era simulada, pero como al maromo no lo conocía y lo había hecho tan jodidamente bien, podría haber sido un violador de verdad.
-Ya me tardabas, primo.
El maromo cogió en brazos a Leonor y le metió la punta de la verga en el coño. Leonor fue empujando, la metió hasta el fondo, y dijo:
-¡Cómo ajusta! ¡¡Me encanta!!
Javier, el primo de Leonor, la meneó hasta ponerla dura y al tenerla tiesa se la metió en el culo...
Después de una larga doble follada, Leonor, al sentir que se iba a correr, les dijo:
-¡Duro, follarme duro!
La follaron a toda mecha, con fuertes arreones. La follaron como si el mundo se fuese a acabar.
Convulsionándose y tapando la boca con una mano para ahogar sus gritos de placer tuvo un orgasmo anal brutal. (El segundo orgasmo anal en su vida) Al acabar de correrse, exultante, dijo:
-¡Más, más, darme más fuerte!
Dos veces más se iba a correr. Tuvo un orgasmo clitoriano primero, y el otro, vaginal, lo tuvo en el momento que le llenaban de leche el culo y el coño. No pudo evitar decir:
-¡¡Adoro ser una guarra!!
Unos días ...
... más tarde, Leonor, estaba tomando una coca cola en la barra de un bar cuando se sentó a su lado un hombre de unos sesenta años, que pidió una cerveza y luego le dijo:
-¿Qué hace tan sola una belleza como tú?
Leonor lo reconoció al instante, fuera uno de los profesores que le dieran clases cuando era una jovencita. Más de un dedito se hiciera pensando en él. Ahora era un hombre maduro. Se hizo la decente.
-No le escapé de la casa a mi vieja como usted.
Al hombre fue como si le diese una bofetada, bajó la cabeza, y le dijo:
-Me está bien empleado por meterme dónde no debo. Toma lo que quieras que te lo pago. Es mi manera de disculparme por haber intentado ligar con quien podría ser mi nieta. -habló ahora con el barman- ¡Qué manera de hacer el ridículo, coño, qué manera de hacer el ridículo!
El barman le preguntó a Leonor:
-¿Le pongo otra coca cola, señorita?
-No, gracias, no me apetece.
Braulio, se fue de la barra. Al darse la vuelta, Leonor, le miró para el culo. Parecía que aún lo tenía prieto. Aquel hombre, alto, de pelo cano, que se había sentado a una mesa, aún tenía su puntito. Se arrepintió de no haberle dado cuartelillo. ¡Qué coño! Aquella noche tenía ganas y el hombre buscaba compañía. Fue a su lado y le preguntó:
-¿Puedo sentarme?
-Por supuesto que sí.
Braulio, se levantó, apartó la silla de la mesa y cuando Leonor estaba en posición empujó por ella hacia delante, después de sentarse, la joven, le preguntó:
-¿Discutió con su ...