Mi primer amor: una masoquista
Fecha: 26/11/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... junto a mí, respirando agitadamente. La rodeé con mis brazos por la cintura y la atraje hacia mí. La besé como ella me había besado.
—¿No te molestó que te nalgueara? —le pregunté cuando nos hubimos tranquilizado
—No —me dijo acariciando mi pecho de una manera dulce
—¿En serio? —pregunté, aun incrédulo, aunque sus acciones me habían revelado que era honesta
—En serio —me dijo y cuando notó que me sentía un poco incómodo agregó— me gusta eso del sadomasoquismo
Aunque cuando lo dijo sonó completamente honesta y lo que había pasado hacía un rato me indicaban que así era, no me lo creí. Precisamente mi amiga de la infancia, mi primera novia, mi primer, primer amor, era afín a mis tendencias. Era algo que, sinceramente, no parecía real. ¿Acaso ella sabía que a mí me gustaba todo esto? Nunca se lo confesé ni mucho menos se lo insinué. Sin embargo, ella me soltaba esto y, una parte de mí recelaba.
—No te creo —le dije intentando reprimir una sonrisa de júbilo
—¿Me quejé de tus pequeños golpes? —repuso con altives— No sabes muchas cosas de mí
—Aun así, no te creo —le expresé renuente a concebir tanta ventura— No me lo puedo creer
—¿Por qué? —quiso saber, extrañada
—Porque —suspiré y me aventuré a desnudarle mi alma, la cual es, demasiado oscura y retorcida— A mí también me gusta todo eso del bdsm
—¿De verdad? —me miró sonriente y soltó una carcajada larga. Histérica.— ¿Dominar o ser dominado?
—Dominar —respondí al instante— ¿Tú?
—Que me ...
... dominen —respondió con una sonrisa que adiviné honesta y me miró con una complicidad que no había compartido con nadie en mucho, muchísimo tiempo— aunque no me molestaría probar cambiar el rol
—¿Qué te gusta que te hagan?
—Que me amarren —me dijo pegándose a mí y sin dejar de acariciarme— que me peguen con una fusta o con el látigo. Que me derramen cera caliente. —en ese momento se sonrojó y hundió su cara en mi pecho— también que me ahorquen
—¡Wow! —me dejó completamente sin palabras, pero terriblemente excitado. Mi verga comenzaba a crecer nuevamente
—¿A ti qué te gusta? —me preguntó aun oculta en mi pecho
—Me fascina azotar culos e infligir dolor físico —le expuse— Obviamente siempre con cierto cuidado, pero también con descuido calculado, si sabes a lo que me refiero. Me gustan las guarradas y las asquerosidades. Me gusta que me obedezcan y que sean pervertidas. Masoquistas. Me gusta el voyerismo y el exhibicionismo. Humillar. No soy nada bueno en eso del bondage, pero aprendo rápido. No le hago el feo a nada, excepto a unas cuantas cosas, la principal es la zoofilia
—A mí tampoco me gusta eso —me aseguró
—De ahí en fuera, creo que todas las filias me excitan, aunque no he probado ni la mitad de ellas —como no respondía nada agregué— eso sí, siempre tiene que haber consenso, si no, un polvo vainilla.
—En eso estoy muy de acuerdo —comentó despegándose un poco de mí y regalándome un beso— Yo no sé si me guste todo lo que a ti, porque he probado ...