1. Mi primer amor: una masoquista


    Fecha: 26/11/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... Sin embargo, no fue una mordida normal. Había algo más en todo ese movimiento. Quizá fue mi cabeza pervertida que siempre estaba pensando en sexo, pero estoy seguro de que hubo una carga sensual en todo ese movimiento que, incluso, se podría percibir en el aire.
    
    Todo lo anterior pasó en 3 segundos máximo. Y, aun así, mi entrepierna comenzaba a despertar. La manera en que se acercó a mí, fluida, pero terriblemente provocativa. La forma en que mordió mi churro relleno fue… ¿Cómo explicarlo? Sugerente.
    
    Probablemente nadie que nos estuviese mirando, no notaría nada raro, pero yo que estaba ahí… fue otro cantar. En retrospectiva, agradezco el tener la mente tan cochina y notar ese tipo de cosas que, quizá sin saberlo, me llevaron a encontrar una joya de mujer, que siempre, siempre estuvo ahí, oculta a mi vista. Reitero, probablemente fueron imaginaciones mías… y aun así…
    
    —Perdón —se disculpó clavando esos ojos cafés en los míos y alcancé a percibir… ¿Picardía?— es que se me antojó —añadió sonriendo con “inocencia” mientras masticaba.
    
    —No pasa nada —y le tendí el churro el cual rechazó con un ademán.
    
    —Sólo quería una mordida —se negó cortésmente.
    
    —¿Segura? —Insistí— ya no queda mucho. Puedes terminarlo si quieres.
    
    —Bueno —accedió y en dos mordidas lo terminó.
    
    Seguimos nuestra plática e intentamos ponernos al día. Cómo nos trataba la vida. Lo cansado del trabajo. Esto y aquello. Aunque, siendo honestos, yo estaba perdidamente embelesado con su ...
    ... belleza.
    
    Selene fue, algo así como un primer amor. Antes de conocer a Gabriela y caer en la deliciosa vorágine del BDSM, Selene fue, digamos, la primera novia “seria” que tuve. Y fue una relación maravillosa teniendo en cuenta lo que uno piensa y hace a esa edad. Ambos no éramos precoces ni nada por el estilo y lo que comenzó como un “noviazgo de manita sudada”, desembocó en un cariño que difícilmente alguien pueda igualar. Fue algo completamente diferente a la intensidad o el amor que he sentido por diferentes mujeres a lo largo de mi vida… Lo de Selene era algo inocente y puro. Si bien grande e intenso, pero a la vez, tranquilo y que generaba paz. Como un puerto seguro en días de tormenta o un refugio que siempre podía visitar en los días tristes. En resumen, un amor de niños. No lo quiero demeritar con eso; los niños pueden amar de manera muy intensa, pero ese amor no está pervertido por nada. Por eso es que lo consideraría muy especial.
    
    Siempre mantuvimos contacto, pese a no ser tan frecuente como a mí me hubiese gustado. Mensajes esporádicos y, para ser honestos, declaraciones insinuadas y mutuas de cariño. Quiero pensar que, también proporcionaba alivio y consuelo como ella siempre me lo proporcionó.
    
    Con ella me di mi primer beso en toda regla y comencé a descubrir, a pequeños pasos, lo bello de la sexualidad. Siempre tímidos, pero seguros el uno del otro. No recuerdo las razones por las que terminamos, pero… bueno… nadie sabe lo que hace a esa edad.
    
    De todas las cosas que ...
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