Mi cuñada me dio la mejor noche de mi vida - Relatos Eróticos

Mi cuñada me dio la mejor noche de mi vida

La oportunidad de tener algo con mi cuñada al fin se presentó. Tenía yo como tres años de casado, y estaba con un poder sexual tremendo. Me cogía a mi mujer casi a diario pero aun así mi verga se recuperaba rápidamente durante el día y me tenía muy caliente, por lo que o me masturbaba o esperaba a llegar a comer y antes me cogía sabrosamente a mi mujer en la habitación; la desnudaba, me desnudaba y esto era darle una buena cogida y a veces hasta dos, lo que me dejaba muy satisfecho.
Mis cuñada vivían por Pilar y cada año celebraban una reunión con todos los parientes de mi suegra y duraba tres días, lo que mi cuñada no se perdía, mi cuñada andaba por los cuarenta y cinco, ya que se había casado muy joven.
Ella medía 1.60 de estatura con una cara de artista de cine, tez blanca, tenía el pelo color castaño y los ojos de un azul verde intenso, además de un cuerpo de maravilla, ya que ella nadaba todos los días por lo que lo tenía precioso, portaba unos senos no muy grandes pero bien parados, los que se les notaban ya que usaba unas camisas ajustadas y no con todos los botones abrochados, por lo que a mí y en el estado en que estaba me calentaba mucho, tenía una cintura muy esbelta y unas nalgas paraditas que escondía un culo de maravilla y a mí me ponía muy caliente cada vez que la íbamos a visitar, hasta mi mujer me decía:
-Se te nota que se te para la verga cada vez que estamos con mi hermana -a lo que yo le respondía: -Es normal después de ver ese monumento de mujer que ...

... tenes como hermana.
Sucede que llegó el día en que iba a celebrarse la reunión familiar, lo que me sugirió que si íbamos a ir mi esposa y yo que nos lleváramos a mi cuñada para que pudiera estar con sus demás parientes, lo que a ella le encantaba. Después de 40 minutos de camino llegamos a Pilar y nos alojamos en un hotel. un cuarto para nosotros y otro para mi cuñada, afortunadamente lejos uno del otro, así que nos arreglamos y nos fuimos al lugar de reunión y todos contentos pasamos una agradable velada.
Mi esposa con sus primas no dejaba de hablar y recordar todas la vivencias que habían tenido, y al filo de la medianoche mi cuñada después de haberse tomado algunas copas y vino en la cena dijo que ya estaba muy cansada y que el viaje la había agotado por lo que me pidió que la llevara al hotel ya que mi esposa no quería regresarse tan temprano. Me dijo:
-Lleva a mi hermana y volve a la fiesta.
Así lo hice: nos fuimos al hotel y en el camino mi cuñada empezó a dormirse, cuando llegamos ya estaba totalmente dormida. Entré al estacionamiento y la tuve que despertar, me pidió ayuda ya que estaba muy dormida, la acompañé hasta su cuarto y en cuanto llegó se tiró en la cama para seguir durmiendo, yo me le acerqué y le pregunté que si no se iba a poner su camisón a lo que me dijo:
-Si pero estoy muy cansada, ayúdame por favor a ponérmelo, porque además tengo todo el cuerpo helado ya que en el lugar de la fiesta estaba muy frío - me indicó en donde estaba el camisón y le dije: ...