1. Mi profesor me convirtió en su esclava (III)


    Fecha: 28/12/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: karen69, Fuente: CuentoRelatos

    ... consolador que estaba clavado en mi cuca. Mis amos rieron a carcajadas, y me propinaron otro electrochoque, más largo que el anterior. Acto seguido mi ama Raquel volvía a lamer mi clítoris, y acercarme de nuevo al orgasmo, para repetir la dosis de alejarse y electrocutarme de nuevo. Repitieron la operación cuatro veces más, para mayor diversión de ellos.
    
    Luego de esto, Raquel se arrodillo pero esta vez ante Martin. Le abrió la bata de baño y comenzó a mamarle la verga, mientras Martín reanudaba la tanda de azotes con su látigo, más que todo en mi abdomen y muslos, yendo a parar algunos a mis caderas, con el látigo rodeándolas y llegándome a las nalgas. Recibí unos 27 azotes, cuando Martín se detuvo para correrse en la boca de Raquel.
    
    Por último mi ama Raquel se acercó a mí, de pie, quedando su rostro muy cerca al mío. Podía sentir su aliento, su respiración. Me mostro su boca abierta, enseñándome el semen de su marido en la boca, y me dio un delicioso beso en la mía, ante el cual no tuve reparo alguno, ese gesto de amor y cariño era lo que necesitaba entre tanto dolor y tortura. Tanto fue lo que sentí que me dispuse hacerla feliz. Su lengua entro en mi boca recorriendo cada rincón y jugueteando con la mía, pasándome toda la leche de su marido, y yo saboreándola y tragándola lo más que podía.
    
    Sin interrumpir el beso, mi ama con su mano derecha comenzaba a frotar mi clítoris de nuevo. No fue difícil acercarme de nuevo a mi ansiado orgasmo, después de tantas ...
    ... frustraciones y morbosidad juntas. Llego un momento en el que mis convulsiones eran fuertísimas y mi orgasmo era inminente, con todo mi cuerpo temblando como si fuera gelatina. Mi ama Raquel seguía cerca de mi rostro, ya con el beso interrumpido por mí. Tenía mi boca abierta, y no paraba de gemir de placer. Movía mis caderas al ritmo de su mano cómo podía, bastante imposibilitada por el enorme consolador que tenía encajado en mi cuquita.
    
    -Dime lo que eres –me ordeno mi ama Raquel.
    
    -S-s-soy unaahh escla… va, la esclava… deeeh ohhhh!.. Mis amos Martin y… y… yyyhhh… aahh… Raquel… -dije con voz temblorosa, acompañada de gemidos. Mi ama Raquel se hizo a un lado, sin dejar de estimular mi clítoris con maestría. En ese momento vi que las cuerdas de las pinzas de mis pezones estaban en manos de mi amo Martin. En el momento justo en que mi orgasmo comenzaba a hacerse sentir en mi cuerpo, acompañado de fuertes gritos de placer míos, mi amo Martin jalo con furia las cuerdas, arrancándome todas las pinzas de madera de mis tetas de un solo tirón. El dolor fue agudo. Sentí múltiples pellizcos fuertes. Pegue un fuerte grito, las lágrimas se me salieron, mi orgasmo seguía en curso. Era todo realmente confuso para mí. Mis piernas flaquearon por completo, quede sostenida del cuello por la barra que me lo sujetaba, y abajo por el consolador de bolas metálicas. Lloraba de dolor. Temblaba de placer. Las tetas me ardían al máximo. Casi me desmayo, pero fui traída en mi nuevamente por un último ...