Noche de pasión en Lisboa (I)
Fecha: 01/10/2017,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: alfredo1257, Fuente: CuentoRelatos
... nos tenía reservada una sorpresa.
Su nieta y unos amigos tenían formado un cuarteto de fados y tocaban entre ellos para divertirse, pero dado que hoy yo había llevado una invitada, la chica había traído a sus amigos y nos iba a cantar unos fados para rematar la noche. A mí me encantan los fados y a Amalia al parecer también le hizo ilusión la sorpresa.
Vinieron los chicos con la formación típica de fado, dos guitarras portuguesas, la guitarra española y la muchacha cantando y nos deleitaron por una media hora, la verdad que a un nivel más que aceptable. Se despidieron y se fueron. Yo pedí la cuenta, y cuando me la trajeron, pagué la cena y dejé una generosa propina para los fadistas.
Con disimulo vi el reloj y me asombró que ya fuesen las 11:30 de la noche, entre conversación y espectáculo habíamos pasado más de dos horas allí sentados, así que le pregunté a Amalia si le apetecía ir a algún local a tomar una copa o que plan le apetecía, y para mi sorpresa, me pidió que la llevase a casa, a lo que accedí sin darle más importancia, la noche era joven todavía, pero yo no esperaba nada especial, mi intención había sido salir a cenar con mi acompañante. Desde la barra, me pidieron un taxi, y cuando llegó nos despedimos de Dona Fernanda, con la promesa de Amalia de volver más veces. Cuando salíamos, Amalia me tomó del brazo hasta el coche, y al acercarse a mí, noté que en el pecho bajo el vestido tenía una especie de armadura, algo que se apoyaba en mi brazo con una ...
... rigidez fuera de lo normal. Seguí sin darme por enterado, ya que la confianza, aunque mucha más que el día anterior no daba para preguntas íntimas, por el momento.
Llegamos a su casa, y me bajé para acompañarla al portal del edificio, y cuando le pedí la llave para abrirlo, me la dio diciéndome:
—Por favor, despide el taxi, y sube conmigo, más tarde puedes pedir otro desde casa.
Me descolocó bastante la petición, ya que en todo el tiempo que llevábamos juntos, no había habido ninguna insinuación sexual por parte de ninguno de nosotros, es más, yo, aunque ella no llevaba alianza no sabía si era soltera, casada o divorciada, pensé para mí que había sido un atrevido ya que ni siquiera le había preguntado su estado civil, pero bueno, cumpliendo su deseo, despedí el taxi y subí con ella a su apartamento.
Cuando entramos en su apartamento ella me dijo que estuviese tranquilo, que vivía sola y no debía rendir cuentas a nadie de lo que hacía o dejaba de hacer. Entramos en el salón y me dijo que me sirviese una copa si me apetecía, que ella tenía que retocarse el maquillaje y vendría enseguida. Como su maquillaje estaba perfecto, no habíamos hecho nada durante la noche que pudiese estropear aquella obra artística, asumí que era el eufemismo propio de “tengo que empolvarme la nariz” para indicar que necesitaba utilizar el aseo, y no le di más importancia.
Mientras esperaba su vuelta, me desanudé la corbata, que ya me empezaba a estorbar, la noche realmente era calurosa y ...