1. Noche de pasión en Lisboa (I)


    Fecha: 01/10/2017, Categorías: Sexo Oral Autor: alfredo1257, Fuente: CuentoRelatos

    ... tendré mucho gusto en compartir con Ud. mesa y mantel.
    
    —Perfecto, la recogeré y espero que sea de su agrado el sitio donde cenaremos. Por cierto… Llevaré corbata negra.
    
    —Lo daba por hecho, no era necesario que me lo aclarase.
    
    Me despedí y me fui a continuar con mi trabajo. Le pedí a mi equipo que hiciésemos un par de horas más esa tarde y que por la mañana llegásemos a trabajar una hora antes. A cambio, para todos, la tarde del viernes sería libre y no volveríamos al trabajo hasta el lunes, haciendo un fin de semana más largo de lo normal, a lo que no pusieron pegas, al contrario, todos se entusiasmaron y así lo hicimos.
    
    Al terminar la jornada, fui a comer y seguidamente me pasé por una barbería de las de antes, atendida por profesionales de la vieja escuela. Necesitaba un arreglo de pelo y un afeitado en condiciones, pues aunque no lo he dicho antes, ya tengo casi sesenta años y necesito gafas para ver, lo que para un afeitado normal, del día a día me apaño bastante bien con la navaja, pero cuando tengo un compromiso me gusta un afeitado bien apurado, vamos que me gusta tener la cara como el culito de un bebé. Una vez cumplido el trámite, subí a mi habitación en el hotel y llené la bañera poniendo bastante gel de baño y sales, el olor del aceite mineral y de los productos de maquinaria se queda pegado a la ropa y la piel, y con una simple ducha no desaparece. Cogí un libro y me metí en la bañera “a remojo” cuando salí, tenía la piel completamente arrugada del ...
    ... tiempo que estuve en el agua, pero mereció la pena.
    
    Siempre que viajo a la zona de Lisboa, llevo en mi equipaje un esmoquin, ya que aunque no me gusta jugar, me gusta ir al casino a Estoril a tomar una copa y ver como juegan los demás, o cenar en algún sitio elegante de la zona del Chiado, así que me fui vistiendo para la ocasión, me puse unos calcetines negros de hilo, el pantalón azul noche del esmoquin y una camisa de seda con la pechera tableada, unos gemelos de plana y azabache y el fajín de seda ya que era verano y no me apetecía ponerme el chaleco, tomé un cuello de pajarita almidonado y la corbata de lazo negra y me la anudé. Me calcé unos zapatos Oxford de charol y una chaqueta blanca mezcla de lino seda, con solapas de punta de flecha forradas de seda marfil. Me puse un reloj cuadrado estilo art decó que había encontrado en un anticuario, al que había que darle cuerda y pensé que lo correcto sería un reloj de bolsillo, pero ya me había cargado la ortodoxia británica con los zapatos (deberían ser unos “opera pump”) y con la chaqueta blanca, pero era verano, y yo quería estar cómodo y fresco y los defectos tampoco eran tantos. Ya eran las ocho menos cuarto y aún tenía que desplazarme a la dirección de Amalia, así que solicité un taxi a recepción y salí para ir a mi cita. Cuando iba por el pasillo vi un centro de flores con unas orquídeas de color rosa, con los pétalos rayados en un rosa más oscuro y de un tamaño discreto, así que corté una de las flores y pasándola ...
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