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Esa intensa etapa de la vida
Fecha: 15/05/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ser un juego y si a ella no le gustaba, si no quería seguir..... A ella le encantaba y abría las piernas tocándose los pantalones en la zona de los muslos retorciéndose y pidiéndome más. Me miró y se abalanzó sobre mi como se abalanza un león adolescente sobre una gacela Tomson en medio de la estepa africana. De algún modo acalorado quedé desnuda con su boca en mi vagina haciéndome gemir de placer lubricándome hasta el temblor del orgasmo. Quedé exhausta y la miré mientras se limpiaba la boca con un gesto brusco y animal mirándome inquisitoriamente ardiendo de deseo. No tardé en darle la vuelta y recorrer con mi lengua y dientes toda su espalda, quitarle el tanga de un tirón y hacérselo con mis dedos por detrás hasta que me cogió la mano para guiarme en sus rápidos movimientos para llegar a gritar con el final de la práctica. Ya no reíamos, nos mirábamos asustadas pero con seguridad de los hechos. Nos duchamos juntas y luego descansamos abrazadas y calladas en su cama desecha por la pasión extrema. Al medio día voces cantoras despertaron mis oidos y mi resaca entrando a la habitación y quedando mudas al vernos al instante. Eran Robert, Sam, Isabella y los hermanos de Elisabeht. Joder, la reacción fue todo lo contrario a lo que había pensado. Imaginaba que dirían "que pedo te pillaste ayer guapa, anda vamos a comer" "Elisabeth que fiestón el de anoche" así que desconcertada vi los efectos devastadores de mi bomba explosiva. Me levanté con naturalidad y regresé con ellos ...
... al apartamento. Sam e Isabella me hablaban más o menos normal con algunas preguntas para pillarme. Así que lo reconocí y Robert comenzó a insultarme, a decirme que era una zorra, que éramos las dos unas bolleras y miles de cosas más entre ellas que me olvidara de él para siempre, que de todo esto era Elisabeht la que más iba a perder porque tampoco pensaba hablarle nunca más y a ella si le dolería ya que le quería, no como yo. Le discutí algo pero entre tanto desconcierto no sé el que. Aun me quedé esa no che que parecía de funeral. Sam habló conmigo largas horas sentado en una calle y me confesó que yo siempre le había gustado. Quedé impotente ante esa confesión ya que la había cagado ya bastante allí con Robert como para hacerle daño a Isabella y volverme loca por el descontrol de mis actos. Me fui. Nuestra relación estaba cargada de vicio: a Isabella le gustaba Sam, a Sam le gustaba yo, a Robert le gustaba yo pero cuando yo no estaba se liaba con Elisabeht, a Elisabeth le gustaba Robert pero le daba morbo yo. Menudo lío. Asi que más o menos cada uno siguió su camino. Robert jamás volvió a hablarme a pesar de que lo intenté varias veces. Lo último que supe de él que era gay. Elisabeth me llamó una vez para contarme el entretenimiento que Robert hacía con ella en mi ausencia y que a ella tampoco le hablaba. Decidí alejarme de Sam para no complicar más aun las cosas a pesar de que tenía que haber estado solo con él desde el principio. De todas formas me consuela la ...