Confesión de un infiel (2)
Fecha: 09/09/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... volvió a metérsela en el coño.
En esa posición, su vientre quedaba entre mis piernas y podía ver mi polla encajada en su totalidad. Empezó a moverse adelante y atrás con suavidad, al tiempo que llevaba sus dedos a su clítoris. Cambiaba los tiempos a su capricho. Unas veces se movía rápido y se acariciaba con frenesí y otras bajaba el ritmo hasta la desesperación.
De repente, el movimiento rápido duró más tiempo y sus gemidos fueron en aumento:
-MMMMM. ME CORROOO. OOOOHHHH.
Se detuvo un momento, pero, tras unos azotes en su culo, enseguida continuó con la misma cadencia. Me estaba volviendo loco. Ansioso por alcanzar mi orgasmo, me puse a azotar su culo para que acelerase.
-ZASSS, ZASSS. Más rápido. Más rápido.
Repetí varias veces, cambiando su forma de moverse y haciendo caso a mis exigencias. Poco después cuando me encontraba nuevamente al borde del orgasmo, volvió a gritar la proximidad del suyo y aceleraba los movimientos de su mano frotando el clítoris, que a su vez, repercutían en mi polla y me hicieron alcanzar mi punto de no retorno.
-No pare, María. Voy a correrme. Siiii. SIIII. SIIII. ME CORROOO.
Mi orgasmo desató el suyo, y mientras yo iba soltando mi carga en su interior, ella también gritó.
-SIIIIII. Don Roberto. Yo también. YO TAMBIEEENN.
Quedamos momentáneamente relajados, en la postura que teníamos, hasta que ella se recuperó un poco y se dejó caer a mi lado, con la cabeza al lado de mis pies y mi mano a la altura de su coño. Veía ...
... salir algunas gotas de mi corrida, y se me ocurrió meterle dos dedos para ir sacándosela, pero después de hacerlo tres o cuatro veces, enseguida me dijo.
-Por favor, Don Roberto. Déjeme ahora. Sus tocamientos me excitan, pero también me resultan molestos.
Yo le hice caso y al poco nos vestimos y volvimos a nuestras casas.
Estuvimos follando durante todo el mes que Susana estuvo de viaje de novios y unos días más, hasta que la nueva pareja se organizó.
Cuando ya estaban instalados, María me informó que desde ese momento continuaría su hija, pero que si era necesaria en algún momento, vendría encantada.
Durante los seis meses siguientes, estuvimos follando como conejos por todos los agujeros, con la sola precaución de utilizar preservativo en el coño. Al cabo de ese tiempo, me dijo:
-Roberto, mi marido quiere que tengamos un hijo. ¿Qué opinas tú?
-Lo esperaba desde antes de que os casaseis. Yo también quiero tener un par de hijos más y serán de nosotros dos. A partir de ahora, dejarás que se corra dentro de ti los días que no seas fértil, dejando un margen de seguridad, y yo te follaré “a pelo” todas.
Seguimos follando normalmente hasta que se aproximaron sus días fértiles. Le pedí que estuviésemos tres días in follar antes de empezar. Para el primer día alquilé una habitación de hotel, me tomé un día de fiesta en el trabajo y quedé con ella para desayunar en una cafetería cercana sin decirle nada.
Desayunamos alegres porque ambos sabíamos lo que nos ...