Cuidado con las duchas.
Fecha: 26/07/2019,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Siempre fui una persona muy tímida. Siempre me costó hablarle a las personas y adaptarme a un grupo, peor aún si de alguien que me atrae se trata. Cerca de los trece años me di cuenta de que era gay. Pero aún hoy día, casi 7 años después, me cuesta aceptarlo. Y ni siquiera mencionemos la posibilidad de declararme públicamente. ¿Qué dirían mis padres? ¿Qué dirían mis amigos? Ser gay en un país de índole católica, en el seno de una familia fanática, no es algo sencillo. Prefiero quedarme oculto y evitarme miles de problemas. Sin embargo, todas estas preocupaciones se me olvidan cuando pienso en lo que pasó aquella noche con Gustavo, en el roce de su piel, en su talento para mover la lengua, en su enorme verga. Pero me estoy adelantando mucho, creo que lo mejor sería empezar por el principio, ¿no? A Gustavo lo conocí en mi primer semestre en la universidad, fue mi compañero en clase de humanidades. Aparentaba ser el típico metalero gigante que a todo el mundo asusta. Medía aproximadamente 1.90, tenía un físico increíble, puesto que por esas épocas entrenaba Muay Thai, su cabello crespo caía con estilo al alto de su cintura y era común verlo con su característico chaleco con parches de bandas de Thrash o con su chaqueta de cuero, spikes, cadenas, botas, etcétera. Pero en el fondo se le notaba que era un gran tipo, aunque yo nunca le caí bien. Yo lo notaba por su expresión facial cuando por error cruzábamos miradas. Y, aunque me costaba admitirlo, eso me dolía; ya que el tipo ...
... era el protagonista de mis fantasías nocturnas. Pero de ahí no pasó. Casi no le hablaba, y si lo hacía era solo para hablar de cosas de la clase. El semestre terminó y yo supe muy poco de él. Lo poco que sabía era que entrenaba de noche, cerca de las instalaciones deportivas de la universidad, y que al terminar su entrenamiento, se duchaba en los camerinos antes de tomar su autobús. Me di cuenta de todo esto durante mi segundo semestre; yo llevaba la actividad deportiva en el horario nocturno. Por lo que de vez en cuando lo veía en su rutina. Una noche, luego de salir de mi clase, me quedé en los camerinos un rato para cargar mi celular. De todas formas, mi autobús salía hasta dentro de 50 minutos, así que me senté en una banca larga que estaba justo en frente de las duchas y conecté mi dispositivo. De todas formas, tiempo me sobraba. Cabe destacar que a esas alturas del año y a esa hora casi nadie entra a los camerinos. Yo estaba completamente distraído con mi celular y vi de reojo que alguien había entrado, pero no le presté atención por que esta persona se sentó en otra banca, la cual yo no podía ver por que uno de los pilares del edificio me tapaba. Eso fue hasta que esta persona se dispuso a entrar a la ducha que yo tenía en frente. Al verlo me llevé la sorpresa de mi vida: era Gustavo y no solo eso, si no que estaba desnudo. Posiblemente pensó que no había nadie, puesto que él también se sorprendió mucho al verme. Yo me quedé completamente idiotizado viendo su perfecto ...