Nadando entre tiburones
Fecha: 24/07/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: Safo_Nita, Fuente: CuentoRelatos
... Por buena conducta, cumpliría sólo cuatro.
Doña Eugenia no derramó ni una lágrima, pero si pasó mucha vergüenza, o eso declaró su representante. Pidió y logró el divorcio, quedándose con casi todo, salvo la vivienda en la costa y unas acciones de una petrolera. Ella pasó a ser la dueña de mi destino. Sin embargo, no volvió a requerir de mis servicios. Tardó muy poco en rehacer su vida. Se buscó un novio cubano, un mocete mulato, de muy buena planta, fibroso y simpático.
En cuanto a mí, conseguí salir airoso y sin tacha. Doña Eugenia me promocionó a jefe de una sección, y se olvidó de mí. Sospecho que necesitaba un miembro más grueso y un joven más resistente, que la hiciera gozar a fondo. Querría recuperar los años perdidos.
Yoli se convirtió en mi leal y atenta secretaria personal. Pronto descubrí que era mejor persona y más interesante de lo que quería dan a entender. Nos amigamos. Se vino a vivir a mi apartamento, y unos años más tarde nos casamos. La boda fue la misma semana que Don Ricardo obtuvo la libertad condicionada. Me confesó, o, mejor dicho, me dio a entender, que su empleo lo obtuvo por participar en las reuniones de Don Ricardo. Le dije que no me importaba lo que hubiera hecho en el pasado; no tenía derecho a juzgarla, a fin de cuentas, yo también me había prostituido con mi jefa, y aquello sólo había sido sexo. No quise saber más, ni cuántas veces acudió, ni qué le hizo o qué tuvo que hacerle. Me conformé con saber que a mí me quería y que lo demostraba cada día; era, y es, una amante concienzuda y atenta. ¿Qué más se puede pedir en esta miserable vida?