1. Mi amiga Inés


    Fecha: 22/06/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... acariciarla todo el cuerpo... Luego tuve que recoger el semen de Jose de su culo y tragármelo, al menos esta vez el humillado era yo. Cuando terminé habló Alex:
    
    - Venga, ya casi se terminó. - Casi suspiré y sentí que en el fondo Alex guardaba algo de dignidad pero ese sentimiento se evaporó en segundos.
    
    - Venga, ahora vais a echar un polvo, que hacéis buena pareja. Y te vas a correr dentro de ella, hasta la última gota, así igual tenéis un bonito recuerdo de este día. - Al instante miré a sus ojos buscando una expresión de broma o algo parecido pero era de lascivia total. De nuevo estaban los dos empalmados. - Eso sí, puedes estar tranquilo que después no diré nada de lo tuyo a nadie - Yo le creía pero el precio a pagar por ello era demasiado. La cogí de la mano levantándola y dirigiéndome hacia la puerta. No sabia que estaba haciendo pero cualquier sitio era mejor que este. No sirvió de nada; nada mas alcanzarnos nos pegaron durante un buen rato, sobre todo a mí. Casi nos arrastraron hasta la cama de nuevo.
    
    Pasó un rato hasta que la adrenalina bajó y se empezó a pasar el dolor de los golpes. En ese momento me acerqué a ella y la besé en la mejilla y después en la boca. Pensé que sería brusco como antes pero me devolvió el beso con naturalidad; besaba muy bien. Los besos pasaron a ser cada vez más lúbricos. Nos abrazamos y sentí sus pezones sobre mi piel. Yo no esperaba que pasara esto pero empezamos a olvidarnos totalmente del entorno y a dedicarnos a nosotros ...
    ... mismos. No se podía decir que lo dis- frutáramos pero si ellos querían hacernos daño, de esta forma no lo esta- ban consiguiendo. Me cogió las manos y las puso sobre sus tetas. Más que nada traté de darle placer estimulando sus pezones. Yo tenía desde hacia un rato un tímida erección que no conseguía aumentar. Inés se dio cuenta y me ayudó acariciándomela suavemente.
    
    La situación mejoró mucho cuando se inclinó y empezó a chupármela. Con- seguía con facilidad metérsela entera en la boca, y por dentro jugaba con la punta de mi polla dibujando círculos. Por momentos solo me chupaba el glande y con una mano me masturbaba. Yo acariciaba su pelo y su cara e iba notando que se relajaba y que este aprieto estaba dejando de serlo. Después fui yo el que me puse cara a ella y lamí su rajita y su clítoris. No tenía conocimientos prácticos pero los teóricos me sirvieron.
    
    Mientras, acariciaba el interior de sus muslos o le introducía uno o dos dedos. Duró algo menos de tiempo que su mamada. Me puse sobre ella y la besé, apun- tando hacia su coño con mi polla, y empecé a follarla como teníamos mandado. Ellos no quitaban ojo de encima por lo que ella fingía no querer hacer eso, pero veía en sus ojos que se encontraba bien, sentía que me quería decir eso con la mirada, en ese momento me di cuenta de lo compenetrados que estábamos. Nos dedicamos a darnos placer mutuamente, olvidando lo que teníamos alrededor. Durante unos minutos nos amamos. Era el polvo de nuestras vidas. Ella se puso encima ...
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