La historia de Claudia (final)
Fecha: 15/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... aprisionando la cabeza de Inés con un brazo y apretándola contra su costado.
-¡¡¡¡Déjenme, putas de mierda!!! ¡¡¡Suéltenme o se van a arrepentir!!! –bramó la mujer.
-¡¡¡La que se va a arrepentir es usted, ladrona!!! –le gritó Claudia mientras con la cachorra arrastraban a Inés por el pasillo hacia la habitación sado.
Una vez allí arrojaron a Inés al piso y mientras Claudia aplacaba su resistencia a cachetadas, Laura la fue despojando de las ropas para después, entre ambas, dejarla inmovilizarla en el cepo.
Ambas esclavas se miraron satisfechas, jadeando por el esfuerzo, y Claudia dijo:
-Quiero castigarla por su infamia.
-Se lo merece... –dijo la cachorra mientras Inés pataleaba desesperadamente presa del miedo y la rabia al mismo tiempo.
Claudia se dijo que era necesario impedirle ese movimiento y entonces buscó una cuerda en uno de los estantes y le amarró fuertemente los tobillos con las piernas en una inclinación de 45°, dejándola así completamente indefensa y lista para darle su merecido. Tomó una de las varas que pendían de la pared y le entregó otra a Laura.
-Nunca lo hice, Clau... –dijo la cachorra luego de tomar la vara con mano temblorosa.
-Yo tampoco. –le contestó Claudia. –Pero no debe ser difícil. –y alzando el brazo descargó sobre el culo de Inés un primer varillazo. Laura, a su izquierda, la azotó también y así siguieron ambas haciendo que las martirizadas nalgas se vieran cada vez más rojas mientras Inés no dejaba de gritar de dolor ...
... mezclando insultos y amenazas inútiles que no hacían más que exacerbar la furia de ambas esclavas.
Con el transcurrir de la paliza, el culo de la peluquera iba adquiriendo un tono rojizo cada vez más subido y pronto empezaron a aparecer esas líneas inflamadas de color blanquecino que preanunciaban las primeras heridas.
-¡¡¡¡Aaaauuuuuuuu!!!... ¡¡¡¡¡Aaaaayyyy!!!... ¡¡¡Paren!!! ¡¡¡Paren, perras desgraciadas!!!... ¡¡¡Paaaaaaaaaaren!!! –gritaba Inés, pero las esclavas siguieron azotándola sin piedad hasta que se produjo el primer corte del que comenzó a brotar la sangre.
Laura contuvo el azote que estaba a punto de dar y miró a Claudia como interrogándola. Inés, debilitada por el tremendo castigo, se limitaba a exhalar algún gemido a cada golpe de vara sobre sus maltratadas nalgas.
-Está sangrando... –observó la cachorra. -¿seguimos, Clau?
Claudia dudó un momento y finalmente dijo:
-No... por ahora paremos... vení, acompañame que voy a llamar a la señora Blanca.
Al escucharla, Inés se revolvió alarmada y dijo con tono casi suplicante:
-No... no la llamen... no la llamen...
Claudia dio la vuelta y se paró ante ella:
-Claro que voy a llamarla para contarle todo y pedirle que nos venga a buscar... –le dijo. –Y mejor que usted se vaya preparando para lo que le espera, ladrona, porque estoy segura de que la señora Blanca querrá vengarse... –y sin más tomó a Laura de un brazo y ambas se dirigieron al living dejando a la mujer embargada por el miedo al ver ...