Malena (3): Primeros tiempos
Fecha: 11/06/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos
... el que Leonardo se hospedaba en la ciudad a la que Lorenzo lo había enviado.
Ella hacía más de dos años que no tocaba a un hombre, ni le había hecho falta. Estaba nerviosa, excitada y expectante por saber cómo reaccionaría su cuerpo olvidado. Nunca se había acostado con alguien de quien se sintiera enamorada.
Leonardo le gustaba mucho, lo admiraba, se sentía protegida por su poder de hombre inteligente e ingenioso: lo sentía suyo de una manera total. Era un sentimiento inédito e inexplorado por su alma.
Iban por la autopista, charlando, él le jugaba bromas con el fin de que apartara las prevenciones que en esos momentos iniciales siempre se asoman a la razón.
Le gustaba demasiado esa mujer, nunca en su vida de hombre que había toreado en muchas plazas, se había sentido tan en comunión con una mujer que conociera tan poco. Era como un viejo amor reencontrado al que había perdido de vista hacía quinientos años.
… Y EL TECHO RESONABA AL SON QUE LE TOCABA EL VIENTO
El sonido de las láminas del techo raso de la habitación, al levantarse y volver a caer, por efecto del ventarrón que soplaba afuera y que se colaba por los intersticios de las ventanas cerradas, producía un ruido peculiar: como de matraca, que resonaba en forma de oleaje, pues al levantarse una lámina, la de su lado caía, se levantaba otra y así sucesivamente. Acompasado, armonioso, ruidoso, como el tejado impulsado por el viento, fue su primer amor.
Ella llegó vestida con la minifalda azul del ...
... uniforme que le habían entregado hacía poco y su camisa manga corta, blanca, que le ajustaba un poco. Llevaba medias panty obscuras a pesar de que Lorenzo las tenía prohibidas en su oficina, decía que esas medias eran pavosas, ella no se había enterado de la regla hasta hoy, mañana no las llevaría. No llevaba puesto su mejor sujetador, ni sus pantaletas más bonitas, pues no había previsto actividades de éste tipo cuando se vistió esa mañana para salir al trabajo.
Él no se dio cuenta de tan insignificantes detalles, ni siquiera observó admirativo las suculentas formas de su pareja, solo se fijó en que nunca había sentido atracción de tal profundidad por pareja alguna: Ternura, delicadeza, regocijo, familiaridad, confianza, deseo de complacer y voluptuosidad.
Rodaron por la cama desnudándose pedazo a pedazo, sin desespero ni apuro; no dejaban de besarse, en un único beso, que no había cesado desde que entraron en contacto; sin dejar de acariciarse, en silencio, sin miradas…se estaban reconociendo después de muchas vidas…
Se comunicaban armoniosamente. Sus caricias y besos hablaban de una comunicación más allá del sexo: ya no estaban allí estaban en un mundo interior en el que ellos eran uno.
Los senos de Máriah respondieron a su lengua como viejos conocidos sedientos de su humedad, su sexo, su piel, encontraron la perdición que habían deseado para ellos desde hacía tanto con sus sabias caricias. No era solo lujuria era la unión de dos seres que se reconocen y para los ...