1. Las desventuras de Elena (6)


    Fecha: 08/06/2019, Categorías: Poesía Erótica, Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... respetuosos movimientos de cabeza.
    
    -Buenas tardes, señorita Wanda. –repitieron casi a coro.
    
    Llevaban pantalones y chalecos de cuero negro sobre el pecho desnudo, y empuñaban sendos rebenques. Ambos miraron a Julia y la guardiana la presentó como nueva integrante del Club. Julia respiraba agitadamente, fascinada por ese sitio iluminado tenebrosamente por las antorchas. Allí todo era de tierra: el techo, las paredes y el piso, y no había calabozos sino sólo esos agujeros enrejados en los que sin duda estarían las bestias, como las llamaba Wanda.
    
    -Sáquenlas. –ordenó la carcelera a los peones de cuadra. Los dos hombres dieron media vuelta y siguieron a la capataza rumbo a las cuevas, mientras Julia sentía que los latidos de su corazón se aceleraban.
    
    Los peones comenzaron a abrir los candados, en una y otra de las filas.
    
    -¡Afuera, bestias! –gritaba la capataza. -¡Afuera todas! ¡Vamos! ¡Vamos!
    
    Mientras iban saliendo, Julia las miraba como hipnotizada. Las bestias eran mujeres, mujeres de distintas edades que iban desnudas y tenían las cabezas totalmente rapadas. En fila india se encaminaban hacia el fondo del recinto, llevando un recipiente de metal en las manos mientras los peones las hostigaban a rebencazos:
    
    -¡Caminen! –gritaba la capataza. -¡Muévanse, bestias! ¡Vamos!
    
    Julia miró a Wanda buscando respuestas.
    
    -Son quienes hacen la limpieza. Para eso están.
    
    -¿Y esos recipientes?
    
    -Ahí es donde orinan y defecan. Ahora van a volcar todo en el gran ...
    ... inodoro que hay en el fondo. Cuando vuelvan, cada una se va a sentar en el piso ante la entrada de su cueva para tragar su cena. Les damos bebidas energizantes y una dieta de cereales, frutas y verdudas, para mantenerlas fuertes y en buen estado de salud. Ahí vas a poder verlas bien. A la mañana temprano llenan sus baldes, toman sus elementos de limpieza y suben para hacer el trabajo por toda la mansión vigiladas por Vera y los dos peones.
    
    -¿De dónde las sacaron? ¿quiénes son? –quiso saber Julia
    
    -El Club las compró en reformatorios, orfanatos, cárceles. Algunas fueron esclavas del Club y cuando sus Amos se cansaron de ellas las entregaron para ser echadas aquí.
    
    En ese momento las bestias volvían para dejar los recipientes otra vez en sus cuevas y sentarse después a la espera de su comida. Fue entonces que Wanda dijo:
    
    -Un momento. Que esperen para comer. Hágalas parar, Vera. Quiero que el Ama Julia pueda verlas bien.
    
    -¡Arriba, bestias!... ¡Ya comerán! ¡Ahora las quiero paradas y quietas!
    
    Todas obedecieron de inmediato
    
    Wanda y Julia comenzaron a recorrer la fila. Julia iba mirándolas de pies a cabeza, deteniéndose en sus caras, en esos ojos de miradas muertas y fijas en algún punto del espacio.
    
    "Qué jovencitas son algunas. –pensó Julia. Deben ser éstas las que compraron en reformatorios y orfanatos. Dijo que a otras las consiguieron en cárceles, vaya a saber si no son asesinas o ladronas peligrosas, y ahora están así, convertidas en animales."
    
    En algunas ...
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