Un hombre encandilado por la belleza de una joven
Fecha: 20/02/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Manteufel, Fuente: CuentoRelatos
... llevaba recortado el pelo del pubis, depilado excepto por una franja vertical que seguía la línea de su sexo. Un vello oscuro y rizado, que me excitada. Ella simplemente esperaba.
"Separa un poco las piernas, y acaríciate los pechos, tómalos desde abajo". Así lo hizo, algo mecánicamente. "Supongo que te tocaras a veces cuando estés sola, no es algo que me incumba, no necesito que me cuentes nada. Solo cierra los ojos, e imagina que estas sola." Así lo hizo, y comenzó a sobarse el pecho para mí. Yo me sentía a reventar, no quería aún, pero debía hacer algo o me iba a dar un colapso. "Lo haces divinamente, solo continua así. Por favor, sin abrir los ojos. En unos minutos habremos acabado." No parecía desagradarle, aunque lo intentaba disimular. En ese momento tuve la intuición de que esa joven sabía bastante de tocarse en la intimidad. No podía más, pero no quería asustarla en esa primera cita, por llamarlo así. Bajé la cremallera de mi bragueta, que hizo un ruido que me pareció ensordecedor. Ella vaciló, y yo me apresuré a hablarle. "Tseee, no pasa nada, tranquila, no me voy a levantar ni pedirte nada más. Solo tócate así, y deja que me alivie. Lo necesito tanto, eres tan bella...".
Comencé a masturbarme, sacudiéndomela con suavidad. Sentía como me temblaban los huevos, con la vista fija en sus tetas, como las movía, como las amasaba. Ella las frotaba la una contra la otra, hacía que se moviesen. Sin decirle yo nada comenzó a pasar sus pulgares por los pezones. No ...
... debía ser la primera vez que se hacía un magreo de tetas para su novio. Cuando la leche se me disparó, me corrí sobre un pañuelo, mordiéndome los labios para no gruñir del placer que sentía. Me entraron unos temblores en el cuerpo que no había sentido desde hacía años... Quedé exhausto, había sido un orgasmo como pocos había tenido en mi vida.
"Gracias, Mónica, muchísimas gracias. Me retiró para que puedas vestirte, supongo que estarás cohibida. No sabes cuánto te lo agradezco. En el cajón superior del aparador está tu propina. Si lo deseas, te espero el martes que viene. Y si no es así, gracias por esta experiencia. Juro que jamás diré nada a nadie". Me levanté, y con paso tembloroso me dirigí a mi dormitorio, donde me tendí. Escuché como se vestía y abandonaba sigilosa el apartamento. Yo me quedé allí tendido, mirando los últimos destellos del sol sobre el techo de mi cuarto.
El martes siguiente acudió puntual a su cita. Todo se desarrolló como nuestra "primera vez", solo que en esta ocasión aguanté un rato más. La admiré mientras se acariciaba el abdomen y los muslos. Pasó sus manos por sus nalgas duras y redonditas para mí. No le indiqué que se acariciase el sexo. También la deje sola para que se vistiese, tras agradecerle sus atenciones. Una semana más tarde, me sorprendió con un tanguita de color rojo en lugar de su ropa interior negra sencillo. Era un modelo muy sexy, impropio de una jovencita como ella. Aguanté un poquito más, miré mientras se abrazaba, mientras ...