53.2 A la luz de la luna
Fecha: 24/01/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... divertido, no me disgustaba para nada su fantasía y estaba dispuesto a complacerle cuando quisiera, si se lo pensaba bien y luego no había problemas.
-Como no tenemos a Nico para que me folle puedes hacerlo tú, lo estoy deseando Gonzalo. –me eché a reír cuando vi su desconcierto.
-Cuando quieras algo de mi pídemelo, además lo de Nico también a mi me encantaría. –no quise escuchar una respuesta de su boca sino de su polla que golpeaba potente en mi pierna.
Nos dimos un profundo beso y sentía todo mi cuerpo emocionado y mi respiración acelerada, como si fuera la primera vez que me iban a hacer el amor.
Le abracé con muchísima fuerza y pasión y el placer comenzó para los dos, mientras me besaba acariciaba la redondez de mi culo con su verga entre mis muslos, la tocaba cuando aparecía por detrás de mí y eso nos excitaba a los dos, parecía como si me hubiera atravesado el cuerpo y apareciera la punta por detrás, de un inexistente agujero.
Incrementábamos la intensidad de nuestros besos hasta quedar sin aliento, me sentó en la cama y él se colocó entre mis piernas mirándome, abrazó con sus piernas mi espalda y lo mismo hice yo pero abrazando sus nalgas, él estaba encima de mí dominando la situación. Pasó sus manos a mi espalda estrechándome contra él y yo besé su cuello y su oreja escuchándole suspirar y gemir.
Estuvimos un largo rato acariciándonos con nuestras manos y abrazados con nuestras piernas besándonos sin cesar y escuchando de su alma lo mucho que me ...
... quería, que nunca hubiera creía que fuera así y dándome las gracias por querer cumplir sus caprichos y fantasías.
-Eres magnífico Daniel, me encanta que no te enfades por lo que te propongo, pensaba que te ibas a molestar.
-Nunca me molestaré y siempre estaré para satisfacer lo que desees de mí, te amo Gonzalo, por ti haría cualquier cosa.
Y volvía a repetir lo mismo o parecido sin dejar de besarme, hasta que decidió dar el siguiente paso y me colocó tumbado con las piernas levantadas, metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a morder mis muslos, a rozarlos llenándome de gozo con las caricias de su barba y la humedad de los labios y la lengua.
Me hacía suspirar de placer y abría mas mis piernas para que mordiera donde quisiera, me sentía morir de gusto y aún no había llegado lo mejor, comenzó a lamer mis testículos haciéndome daño alguna vez y luego paso a mi verga, estaba muy excitado y me la mordía a veces pero era el tallo y no me causaba dolor, solo placer al sentir el calor de lo profundo de su boca.
Se colocó encima de mí y me besaba en la boca para transmitirme el sabor de mi polla que había mamado hacia unos segundos, su verga jugaba en la entrada de mi culo y bajó su mano para jugar con su pene en mi ano.
Gemía en mi oído aumentando mi calentura y dejó su verga para acariciar mis abdominales.
-Te la voy a meter, quiero sentir el calor de tu culo. –se chupó los dedos y me los metió muy profundo haciéndome gemir.
-Ya, Gonzalo, dame tu verga, ...