53.2 A la luz de la luna
Fecha: 24/01/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... enfrentarme a ellos sabiendo ya lo nuestro y era consciente de que todos serían correctos, amaban a Gonzalo y a mí me apreciaban lo suficiente para ser amables y debíamos aprender a vivir sin él, nos había dejado y la vida continuaba para todos.
-Tengo que recoger algunas cosas de mi casa para llevar a Londres, si no te importa dormiremos allí y aprovecho el tiempo que tengamos. –no quería confesarle que me sentiría violento durmiendo en la casa de María que a la vez era la suya también.
Corría demasiado bajando el puerto por la autopista que, aunque segura, a veces resultaba peligrosa por las posibles inclemencias del tiempo como ahora que amenazaba tormentas y podían ser de granizo.
Llegamos a mi casa y le pedí que fuera al centro del pueblo, estaba prohibido aparcar donde yo quería ir y le pedí que me esperara en el coche, caminé rápido a la floristería donde mi madre compraba las flores para llevar a la tumba de los abuelos y pedí un ramo de rosas rojas y blancas.
-Vamos al cementerio para saludar a Ál. –fue mi respuesta a su muda pregunta cuando me vio con el ramo de rosas.
Dejamos el coche en la puerta del cementerio y avanzamos por la avenida principal hasta llegar a la pequeña capilla y encontrar el panteón de la familia de Ál. –hacía más calor que en el pueblo pero una fresca brisa del mar erizó el fino vello de mis brazos.
Solamente veíamos su nombre escrito aun reciente, al final de la lista de sus familiares fallecidos, el resto era piedra y ...
... silencio sepulcral.
(Te hemos querido y aún te queremos, no creo que te podamos olvidar y voy a cuidar de él como tú querías que hiciera. Gracias por todos los buenos momentos que hemos vivido juntos)
Esta fue la oración que le dediqué, una ligera sonrisa afloró a mis labios recordándole saliendo de entre las sábanas, después de regalarme la primera mamada que alguien me había hecho. Él había sido mi primer contacto sexual con un chico.
Giré la cabeza para admirar la belleza bucólica y triste del lugar. No hubo palabras entre nosotros antes de emprender el camino de vuelta. Al llegar a la puerta del cementerio miré a lo lejos el alto muro de piedra que resguardaba los terrenos propiedad de la familia de Gonzalo.
-Antes de ir a tu casa tengo que pasar para ver algunos temas con Carlos, no nos llevará mucho tiempo. –teníamos que ir a mi casa pero antes necesitaba pasar por la residencia de sus abuelos que estaba próxima, al otro lado del lejano muro de piedra.
Los operarios trabajaban en los salones que tenían el acceso por la puerta principal, tomamos las escaleras que conducían a la nueva construcción, semi subterránea, donde tenía su despacho Carlos, nos dimos un abrazo y les dejé trabajando, quería visitar la parte del edificio que quedaba para uso particular de la familia.
No encontraba la comunicación con ella y salí al jardín para dar la vuelta a la casa y entrar por detrás, me abrió el mayordomo y me precedió para llegar al ala de las habitaciones de ...