VIENTOS DE CAMBIOS
Fecha: 11/08/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... sentir la dureza bajo mi muslo, y sus manos inquietas ya recorrían mi cuerpo. Ella desnudó entonces sus pechos, el tomó el del lado derecho, yo el del izquierdo, eran tan grandes! entre los dos se los devoramos, uno con cada uno, mirándonos ojos a ojos, lamiendo esos rosadas aureolas, nuestra compañera enloquecía. Tomé una mano de Zacarías llevándola a sus glúteos, para acariciárselos al mismo tiempo, también llevé la otra a mis propios senos, que se mostraban excitados por el cuadro. Ambas nos levantamos y nos dirigimos al dormitorio tomadas de la mano, incitando a él a seguirnos, meneando nuestros traseros, al llegar nos pusimos las dos en cuatro patas, a la par, nos besamos y nuestras manos recorrieron nuestras cuervas, sabíamos como provocarlo, sabíamos como enloquecer a un hombre. Zacarías solo se quedó como espectador ante el show que le ofrecíamos, con sus ojos llenos de lujuria y codicia, nosotras nos besábamos profundamente refregando nuestros cuerpos femeninos, mis labios comiendo los pezones de Débora, ella llegando a mis agujeros. Saqué mi bodi, ahora si apoyé mis pechos contra los de ella, eran tan suaves, refregamos nuestros pezones, unos contra otros mientras él se mantenía imperturbable, saqué su pequeño short, nos pusimos cadera con cadera para que el observara nuestras vaginas depiladas por completo, luego me senté sobre la cama y tomándola por la cintura le pregunté a él mientras le daba un primer plano de su culo - Te gusta? lo deseas? Débora tenía un ...
... culo de película, bien redondo, bien formando, perfecto, con su piel bronceada, apenas interrumpida por la marca blanca que había dejado su diminuto traje de baño, más pequeño de lo que puedan imaginar… El ya se desnudaba y se preparaba para entrar en acción. Débora volvió a acomodarse en cuatro patas y yo fui tras ella, para lamer sus labios jugosos y depilados, para meter mi lengua en su estirado esfínter, para disfrutar sus caderas. La pija de mi esposo me recordó que él estaba ahí, introduciéndose de golpe en mi concha, hasta el fondo, arrancando un gemido de placer, me encantaba y sentía nostalgia al mismo tiempo, seguramente esa sería la última vez que estaría dentro mío, por lo que me olvidé de ella para concentrarme en el. Nos tiramos a un costado, se recostó y yo comencé a cabalgarlo con una pierna a cada lado, el acariciaba mis glúteos y mordisqueaba mis pezones mientras disfrutaba su pija entrando y saliendo de mi húmeda cueva arrancándome pequeños y continuos orgasmos. Débora no se había quedado como espectadora, la muy perra abriendo bien sus piernas introducía sus enormes bolas chinas en su culo, una a una, y se pasaba su gran consolador por el clítoris, esto ya lo habíamos acordado previamente, pero salió muy natural. Se puso entonces en cuatro patas, bien cerca del rostro de Zacarías y le pidió que fuera tirando para extraerlas, el estaba enloquecido y era como ir sacando enormes manzanas de su trasero, y cada vez que salía una su esfínter quedaba abierto por lo ...