VIENTOS DE CAMBIOS
Fecha: 11/08/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
... alcohol y yo un refresco, y al tiempo una segunda vuelta, y una tercera… Débora se embriagó y lentamente fue perdiendo el control, saben cómo son estas cosas, empezó a hacer estupideces, a saltar, a gritar, a bailar como poseída, yo trataba de frenarla pero se me hacía imposible, siempre con un vaso en la mano, y si llamaba la atención cuerda imagínenla ebria, la pollera se le subía desnudando la mitad de su enorme culo y ella como si nada, todo llegó al límite cuando se le acercaron un par de mujeres y empezaron a seducirla, yo trataba infructuosamente de espantarlas, pero no tenía éxito, bailaban demasiado pegadas y todo hizo eclosión en mi cuando una le apretó una teta y le pasó la lengua por la mejilla, a lo que Débora respondió comiéndole la boca… Esto me enfureció, ella era mía y solo mía! sentí celos, comprendí que me había enamorado, ese había sido el punto de inflexión… La tomé con furia del brazo y la arranqué de ese lugar, hacia un oscuro rincón, casi tirándola contra una columna, apretando con fuerza sus brazos le dije en tono amenazante: - Escuchame bien! no quiero saber nada con estos jueguitos! entendés? vos sos mía y solo mía! de nadie más!!! Débora reía por el efecto del alcohol pero entendía bien lo que le decía, luego fui sobre ella estirándome para alcanzar sus labios y besarla con pasión mientras ahora yo apretaba sus enormes pechos, ella me abrazó casi con desesperación y arrinconada contra la columna la consumí a fuego lento, me olvidé del ...
... entorno, de la gente, solo estaba ella para mí en ese momento, mi mano derecha por instinto buscó bajo la pollera, acaricié su tanga diminuta, me excitaba y me mojaba con toda la situación, con avidez la corrí hacia un lado, para acariciarla, noté que estaba depilada por completo y concluí que a pesar de las cosas vividas jamás había visto su concha desnuda, Débora abría las piernas facilitando mi acceso, preguntándome: - Me amas? Me amas? Eran fuertes sus palabras, pero dije lo que quería escuchar - Si! te amo! te amo Débora, te amo como nunca pensé que podría amar a alguien, y menos una mujer… Y mientras decía esto la llevaba otra vez casi a la rastra, como si fuera un monigote que se mecía a mi voluntad para casi tirarla sobre un gran sillón apenas iluminado, estaba tan borracha que sus piernas se abrieron incontroladas mostrándome en primer plano su vulva enorme y regordeta que se ocultaba bajo su tanga de tul, decidida me arrodille a sus pies para demostrarle quien era, perdida entre la multitud, como detalle solo recuerdo que a mi lado estaban dos jóvenes y uno le chupaba la pija al otro, que locura… Fue entonces que lo hice por primera vez, no sabía si me iba a gustar, no sabía con que me iba a encontrar, no sabía que tan buena sería, solo sabía que quería hacerlo y que pondría mi corazón en ello. Me acomodé bien, y tomando sus torneados muslos entre mis manos se los llevé bien arriba, como Zacarías acostumbraba a hacerme, teniendo acceso directo a su intimidad. Lucía ...