1. El sueno de Carol


    Fecha: 07/01/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hace aproximadamente 2 años pasé por un momento de mi vida algo complicado. Acababa de dejar una relación que no llevaba a ningún lado y me encontraba atrapado en un trabajo que no me aportaba demasiado. Decidí entonces dedicarme a preparar oposiciones para el CNP. No era totalmente vocacional pero me pareció una buena salida, un giro que me podría dar una oportunidad para salir de aquel pozo en el que me había metido. Mi rutina diaria era bastante estricta. Me levantaba, salía a correr, desayunaba y me iba a la biblioteca a estudiar hasta la hora de comer. Mis tardes se basaban en ir al gimnasio un par de horas para poder pasar las pruebas físicas a las que me sometería unos meses más tarde. Nunca he tenido un cuerpo especialmente fuerte, pero el trabajo diario y la dieta pronto dieron sus frutos. Tras cinco meses de trabajo, me encontraba en mi mejor momento.
    
    Mi aventura empezó a finales de mayo. Recuerdo que fue una época especialmente calurosa así que cada vez pasaba más tiempo en el gimnasio y menos en la calle. Fue allí donde la conocí. El primer día que coincidí con ella estaba a punto de irme. Aquella tarde había corrido tres kilómetros en cinta y había trabajado el tren superior. Tras hora y media de ejercicio me encontraba estirando en una pequeña sala del gimnasio justo junto a los tornos de entraba. Mientras terminaba de estirar los gemelos apoyado en una espaldera levanté la vista y pude verla entrar. Era una chica morena, con media melena y el pelo ...
    ... ligeramente rizado. Tenía una mirada dulce e inocente que me cautivó desde el primer momento. Llevaba una pequeña bolsa de deporte negra y rosa colgada del hombro, un bonito vestido de flores y unos zapatos planos con un pequeño lazo negro. El vestido dejaba intuir unas preciosas curvas y unas caderas a las que me ataría si me dejara. Nuestras miradas se cruzaron brevemente mientras ella pasaba el torno y esbocé una sonrisa que no me fue devuelta. Subió las escaleras que llevaban a la segunda planta del gimnasio donde se encontraban los vestuarios mientras yo terminaba de estirar. Minutos después cogí mi toalla y me dispuse a subir las escaleras hacia las duchas cuando me la crucé bajando. Se había cambiado y llevaba el pelo recogido con una coleta. Lucía unas mayas negras ajustadas por debajo de la rodilla con un sujetador deportivo cubierto ligeramente por una camiseta sin mangas blanca y unas zapatillas a juego. Se podía ver el sujetador a través de los costados de la camiseta y un precioso escote bastante marcado. De nuevo ni me miró. Al cruzarnos miré hacia atrás y la descubrí mirándome de arriba abajo. Sonreí y continué sin esperar respuesta. Llegué a los vestuarios. Los de hombres y los de mujeres se encontraban puerta con puerta. Tenían una gran sala central con taquillas y dos bancos corridos para cambiarse. Al fondo había cinco lavabos con espejo, cinco cabinas y junto a ellas unas duchas comunes. Al lado de éstas había 5 cabinas de ducha privada en forma de C con un banco y ...
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