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El sueno de Carol
Fecha: 07/01/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... juego de miradas pero esta vez no contuve las ganas y dejé que mi pantalón se abultara todo lo posible para ella. Sus ojos cambiaron la expresión por completo y el control del juego cambio las tornas. Ahora era ella la que me miraba con deseo y me devoraba con los ojos. Hice lo posible para marcar mis pantalones cortos ante ella. Durante las siguientes máquinas estaba especialmente sonrojada y acalorada. Ayudé a que se colocara bien en los siguientes ejercicios asegurándome de hablar cerca de su oído y agarrando sus muñecas para que sujetara las máquinas correctamente. Su respiración era más fuerte y rápida cada vez que posaba mis manos sobre su piel. Terminamos las rutinas y estiramos juntos. De nuevo nos ayudamos en los ejercicios el uno al otro aprovechando cualquier excusa para acariciar las partes del cuerpo que teníamos descubiertas. Eran casi las nueve de la noche y el gimnasio se empezaba a vaciar cuando subimos a los vestuarios. Ella subió delante y pude ver su precioso culo a la altura de mis ojos. Juraría que lo movía más de lo necesario…. Llegamos a la puerta de los vestuarios y sentí la necesidad de empotrarla allí mismo pero era muy arriesgado, demasiado. Ella me miró y sin pensarlo la besé. Sin tardar demasiado ella reaccionó devolviendo un beso húmedo y caliente. Me agarró de la nuca y me comió con deseo. Me separé y dije susurrando en el oído: “Espera…”. Entré en los vestuarios masculinos y me aseguré de que no había nadie. Salí rápidamente, agarré a ...
... Carol de la muñeca y la metí dentro del vestuario. Nos dirigimos a la última de las cabinas de duchas en las que suelo terminar mis entrenamientos. Cerré la puerta a mi espalda y eché el pestillo. Puse a Carol contra la pared con una mano en la cintura y la otra sobre su cabeza. Comencé a besarla con ganas, jugando con mi lengua todo lo que me dejó. A ella se le doblaron ligeramente las rodillas y llevó sus dos manos a mi culo. Apretó fuerte contra ella, quería sentir mi erección presionando su cuerpo. Bajé las manos, agarré sus muñecas y se las puse tras la espalda y las agarré con una sola mano. Me separé y ella me sonrió y se mordió el labio casi pidiendo más. Con mi mano libre la agarré por la nuca y de nuevo comencé a besarla. Mordí su labio inferior y me deslicé por su cuello. Era absolutamente mía y quería que lo notara. Se encontraba indefensa y se dejó llevar por completo cuando le di la vuelta poniéndola de cara a la pared. Prácticamente arranqué nuestras camisetas y las tiré al suelo. Quité su sujetador lo más rápido que pude y apoyando mi abultada cadera en su culo agarré sus pechos con ambas manos. Seguí mordiendo su cuello y su oreja izquierda mientras jugaba con mis manos y pellizcaba sus pezones con delicadeza. “Voy a follarte…” dije en su oído. Ella asintió y gimió con los ojos cerrados. Deslicé mi mano derecha hacia su vientre sin dejar de besar su cuello e introduje mi mano en sus mallas. Estaba completamente suave y empapada. Introduje mis dedos dentro de ...