1. EL CUARTO PARA LOS HERMANOS MAYORES


    Fecha: 14/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... se duchaban juntos desde siempre y dormían en una sola cama a escondidas, quizás no estaba tan equivocado. Aunque compartíamos la habitación no era frecuente cambiarnos de ropa uno frente al otro, solo un par de veces nos dejábamos ver como mucho en bóxer pero nada más. Verían mi verga por primera vez y en todo su esplendor, pensé. Yo siempre estuve en forma, el deporte, sobre todo natación me apasiona. Medía 1,85, y a diferencia de mis 6 hermanos que eran todos de rubios ceniza a castaño oscuro y ojos claros por parte de mamá, yo era de cabello y ojos negrísimos, como papá, somos todos blancos como la leche. Era guapo sin ánimos de presumir. Los mellizos eran rubios de ojos verdes, pegando el estirón, en plena etapa de crecimiento. Cada domingo teníamos la costumbre de ver todos los hermanos una película cualquiera en mi cuarto y dormir juntos en el suelo como en un campamento, los más chicos siempre me abrazaban y se acurrucaban a mi lado, todo era muy divertido y la pasábamos bien. Yo lo disfrutaba más porque cuando finalmente nos entregábamos al sueño, siempre había alguien que se ponía a jugar con mis pies, no sabía cuál de mis hermanos era, sabía que no eran los mellizos, estas manos eran más diminutas y suaves. La cosa era que amaba lamer y besar mis pies y yo solo me hacía el dormido, no quería que parara porque rápidamente la verga se me ponía dura hasta burbujear gotas de semen dentro de mis calzoncillos. Era una delicia y fue eso quizás lo que me impulsó a hacer ...
    ... que los mellizos me tocaran como reto. El primero fue Alex, acordamos en apagar las luces porque tenían vergüenza. Yo estaba recostado y le dije que tenía que tocarla hasta que se pusiera dura. Me toco tímidamente sobre la tela del calzoncillo, palpando, dándole toquecitos torpes, hasta que me dije que si no hacía algo esto podría durar toda la noche. Me levanté, prendí la luz y los miré y les dije con dureza que me tenían que hacer una paja los dos hasta que se graduaran o iba a correr sangre. Me saque la remera y los calzoncillos, meneándoles mi verga dura de unos 18 cm frente a sus narices. Quedaron con la boca abierta, no sé qué les impresionó más, el tamaño, lo peluda que era o que chorreaba una baba de esperma espesa alrededor un glande hinchado de placer. Se miraron y volvieron a clavar la vista en mi pene. Quién empieza, pregunte. Estaban paralizados. Alex me agarró del tronco con fuerza y empezó a acariciarme, me acosté y él se sentó a mi lado para hacerme la paja, fue increíblemente delicioso, su tibia mano subiendo y bajando alrededor de mi pedazo de verga, sin sacar los ojos de encima. Me corrí como la primera vez, aunque más leche salió esta vez, mis conductos ardieron, desinflando unos colosales testículos, me limpié con las sabanas. Minutos después Lucas me masturbaba con más ánimo que su hermano, con ambas manos, y yo me retorcía en mi cama como nene con juguete nuevo. Lucas jugaba más con mis pelos y me acariciaba disimuladamente los testículos. Otra explosión ...