EL CUARTO PARA LOS HERMANOS MAYORES
Fecha: 14/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Mi nombre es Julián y soy el mayor de 7 hermanos, todos varones. Tan solo imagínense la situación en casa, ropa dispersada por todos lados, prendas que compartíamos, calzoncillos que nadie reconocía como suyos a medida que crecíamos. El desastre en nuestros cuartos era habitual pero nuestros padres nos amaban. Había dos habitaciones destinadas para nosotros, en una dormían los más chicos y en la otra, digamos, los que ya teníamos pelos en las bolas y nos masturbábamos de dos a tres veces por día. Por aquella época cuando comenzó la verdadera acción en mi vida, yo tenía 17 y compartía cuarto con los mellizos de 15, Alex y Lucas. Hasta hace un año atrás dormía solo, ambos cuartos eran bastante grandes y espaciosos, pero mis padres me dijeron que los mellizos ya estaban en la edad de pleno desarrollo y tenía que pasar tiempo con ellos, y no era justo que teniendo espacio extra estuviese como rey mientras en el otro estaban los 6. Al principio me opuse y ellos me dieron tiempo para que comprendiera porque ya estaba decidido y no había marcha atrás. Los mellizos estaban entusiasmados, pasarse a mi cuarto los convertía en adultos, en hombres. Les dije que si querían que les hiciera lugar tenían que pasar distintas pruebas como una especie de iniciación y los muy tontos, lejos de resistirse lo tomaron como un reto que ansiaban cumplir para formar parte de un grupo selecto de mayores. Se encargaban de la limpieza y el orden total por 7 meses, además de hacer lo que yo les indicara ...
... en cualquier momento del día, sin importar lo que fuese. Me aproveché descaradamente de la situación y no medí mis actos, era un adolescente y solo pensaba en disfrutar la vida. Eran mis sirvientes por 7 largos e increíbles meses. Cada vez que volvía del colegio, ya terminando el último año de la secundaria, me recostaba en cama mientras Alex me masajeaba los sudorosos pies y Lucas la espalda y el cuello, eso me excitaba mucho y como les daba la espalda no podían ver mi tremenda erección. Los mellizos no se quejaban, sabían que el próximo año serían ellos los que gozarían iniciando a otro hermano que quisiera entrar al cuarto de los mayores. Con el correr de las semanas las cosas que tenían que hacer se tornaban más serías y difíciles, como hacer pruebas obscenas pasando a lo sexual y volviéndose cada vez más explícito. Primero sucedió que tuvieron que usar cada uno una bombacha de mamá por una semana y no podían negarse o volverían a su antiguo cuarto con los aburridos. Fue divertido reírnos con complicidad cuando estábamos todos en familia y solo nosotros sabíamos el motivo. En otro reto debían beberse la orina del otro en un vaso lleno sin derramar ni una gota. La cosa se puso tensa cuando les dije que a partir del segundo mes cada uno debía hacerme una paja todas las noches sin queja alguna. Ellos se negaron pero cedieron cuando los amenacé con contarle a mamá que habían usado su ropa íntima porque eran maricones y esto los asustó terriblemente, como si fuera cierto. Ambos ...