El castillo
Fecha: 14/12/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... propio para preparar algo como lo que teníamos delante. El suelo era rústico de ladrillos rojos grandes y la alfombra no era de lana con pelo peinado sino de esparto, con un ligero olor a hierba silvestre. El techo está formado por unas grandes vigas cruzadas en el punto central como si fuera una tienda de campaña y pequeñas lámparas de hierro forjado colgando de las vigas.
Allí comíamos y nos tumbábamos en sillones reclinables, pero siempre intencionadamente jugando con las cosas y con el sexo. Luis le metió una salchicha muy gorda a Gaspar por el culo. Como estaba cocinada y los empujones que recibió la desgraciada salchicha quedó hecha una mierda. Gaspar la defecó en el baño porque se sentía molesto y eso que él tenía costumbre de meterse cosas por el ano. Luego Luis quiso hacerme una demostración de una de sus habilidades. Sacó unos hierros brillante y largos de distinto grosor y comenzó por uno de grueso mediano, y tumbado en el sillón; mientras Gaspar y yo contemplábamos, iba, tras lubricarlo, metiéndolos poco a poco en su meato, atravesaba toda la hendidura de su pene. El pene se puso erecto, pero el hierro iba entrando hasta meterlo casi todo. Lo justo quedó fuera para asirlo con la mano. Luego lo sacó y metió otro de mayor grosor, y así hasta meter cuatro sucesivos uno tras sacar el otro. Mientras tenía metido el cuarto dentro de su polla, cogió otro hierro y dijo que ahora es cuando iba a follar su pene de verdad. Justo al lado del que había ya metido iba ...
... penetrando el más delgado. Al parecer a la mitad del camino, ya sabía Luis que le iba a pasar algo y comenzaron los espasmos, entonces sacó el delgado y comenzó un mete saca muy suave del más grueso y lo sacó, detrás del hierro se vino una eyaculación grande, adecuada al castillo que nos albergaba. No lo pude resistir, me eché sobre la polla para succionar lo que todavía estaba saliendo. Cuando limpié bien la polla de Luis, me entró una incontinencia de eyacular y me puse derecho frente a Luis, porque no podía estar inclinado. Luis se metió mi polla en la boca y la vació como nadie me había mamado nunca todavía. Nos quedamos mirando a Gaspar, que no tenía pequeña su erección y entre Luis y yo, alternando polla y escroto, conseguimos que vaciara su espumoso y dulce néctar. Lo compartimos entre Luis y yo con nuestra boca sobre la polla, alternando con unos besos y lengüetazos. Al momento, mientras yo estaba lamiendo la polla de Gaspar, levantando el prepucio, Luis se enderezó y le dio a probar a Gaspar su propio alimento seminal. Quedamos satisfechos y nos tumbamos sobre el césped, contentos los tres de haber tenido semejante manjar como postre de nuestra primera parte de la cena.
Me dormí a medias. El vino se me había metido en la cabeza y me dio somnolencia. Luis y Gaspar habían estado hablando, algo había podido escuchar, pero no atinaba a saber de qué se trataba. Me despertó Luis, traía un vaso lleno de agua y había algo dentro del agua, porque se veía aún algo de polvo ...