Mi venganza (2)
Fecha: 13/12/2018,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos
... meter un poquito más y retroceder, otro poco más y retroceder. Ella se movía como si desease que se la clavara de una vez. Ponía sus talones sobre mi culo y los volvía a retirar. Yo no era un inexperto, por lo que sabía positivamente de que estaba deseando que entrase totalmente, pero quise que esperase un poco más, como yo había estado esperando un montón de tiempo.
Al final, la tuvo toda dentro, la saqué completamente y la volví a meter entera.
-MMMMMM. – Fue su respuesta a mi acción.
-Siii, dámela toda, sigue, si, sigue. –Fueron sus palabras.
A partir de ese momento, me convertí en una taladradora. La estuve machacando durante más de media hora. ¿Qué si tengo mucho aguante?, Qué va. Desde la vuelta del viaje, lo último que hacía antes de salir de trabajar era hacerme una o dos pajas pensando en ella, para llegar más relajado a casa y no asaltarla y violarla.
Se corrió varias veces, hasta que estuve a punto coincidiendo con su enésimo orgasmo, le anuncié:
-AAAAAhhhh. Me voy a correr.
-No, no .no. No te corras dentro.
Casi sin tiempo, la saqué, me masturbé sobre su cuerpo y me corrí abundantemente sobre sus tetas, pecho y vientre.
-¡Pero no vas a aprender nunca! ¡Eres un cerdo! ¿Ves lo que has hecho? ¡Me has puesto perdida!
Me separó de una serie de patadas y se fue corriendo al baño para lavarse. Yo me quedé sobre la cama avergonzado.
Cuando salió, siguió con su serie de improperios contra mí, hasta que se cansó. Por fin, volvió a ...
... recriminarme mi acción y me prohibió volver a correrme sobre ella.
Así fueron pasando los días, los meses y se convirtieron en años. El sexo no mejoró, follábamos casi cada semana. El trabajo en cambio si. Gané mucho dinero, ahorramos bastante por si nos iban mal dadas, pero ella también cada vez gastaba más. Las cuentas eran comunes. Ambos teníamos acceso a gastar lo que había.
Llegó un momento que la cantidad ahorrada cada mes era casi nula. Yo tenía la mosca detrás de la oreja. Había cosas que, con el tiempo, empezaron a llamarme la atención.
Por ejemplo, si alguien gana 100 y con 25 puede vivir bien, pero gasta 75, es raro, pero posible. Pero no es normal que alguien se gaste los 75 en un vestido con una hechura y tela que no usarías ni para limpiar tu auto. Pues gastaba dinero en prendas basura que decía que compraba a precios altísimos porque eran de la marca tal, según decía. Incluso hubo algún mes que, en lugar de incrementar los ahorros, disminuyeron.
Cuando le pregunté por qué había gastado tanto y tanta ropa, me montó una bronca porque no sabía lo caro que estaba todo y que para poder relacionarse con sus amigas y vecinas, no podía ir con cualquier prenda, que el coche también tenía gastos, que yo también gastaba mucho y muchas más razones que me apabullaban y volvía a pedirle perdón.
Había días que cuando me marchaba por la tarde la dejaba vestida y cuando volvía la encontraba con una simple bata y desnuda debajo. Generalmente me decía que me estaba esperando ...