1. En las duchas con Adriana


    Fecha: 18/02/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Evan, Fuente: CuentoRelatos

    Ha llovido mucho desde la última vez que escribí y compartí un relato aquí. Como con los anteriores, este nuevo relato está basado en una mezcla de sueños y fantasías que hacen volar de vez en cuando mi imaginación. Espero que os guste.
    
    —La sesión de hoy ha sido especialmente dura —dije mientras me dirigía a las duchas—. No veo el momento de relajarme con una buena ducha de agua caliente y de descansar en casa.
    
    Elegí la cabina que estaba más alejada de todas, cerré la puerta y comencé a quitarme la ropa deportiva que llevaba puesta. Ambos, la ropa y yo, estábamos empapados en sudor. Lo cual era algo bueno, pues significaba que lo había dado todo en el entrenamiento y poco a poco iría viendo los resultados.
    
    Tras desnudarme y coger una toalla, me fui rumbo a una de las duchas que había más allá de las cabinas. Colgué la toalla por fuera, cerré la cortina y abrí la llave para que el agua empezara a mojar mi cuerpo. Unos veinte minutos pasaron, entre que me limpiaba y me relajaba, y cuando iba a coger mi toalla para empezar a secar mi cuerpo, pude ver como alguien se había colocado en la cabina anterior a la mía y había salido para mirarse en el espejo.
    
    —Disculpa —dijo una voz que inmediatamente asocié a una mujer—. No sabía que ya había alguien aquí ¿No te importa?
    
    Miré por una abertura de la cortina y pude confirmar que, efectivamente, era una chica la que había entrado a las duchas y en ese momento me acordé. Habían remodelado todas las duchas del centro y ...
    ... ahora todas las personas las podían usar a la vez ya fuesen hombres o mujeres. Me chocó un poco, pero algo tenía que contestarle.
    
    —Bueno, a mí no me importa, pero me tengo que secar y obviamente estoy desnudo ¿No debería de importante más a ti?
    
    Yo seguía mirando por la abertura y vi como se quedó parada, mirando a mi dirección y una sonrisa sincera se dibujó en su rostro.
    
    —No te preocupes, no me voy a asustar ni te voy a morder —tras acabar la frase, se metió en su cabina.
    
    Yo salí un poco nervioso de la ducha y comencé a secarme. Cuando ya había terminado con la parte superior de mi cuerpo e iba a empezar por la inferior, vi como se abría la puerta de la cabina. Ella salía completamente desnuda, con la excepción de la toalla que la cubría desde el pecho hasta un poco por encima de las rodillas y unas cholas.
    
    Ya que me había dicho que no me preocupara, yo seguí a lo mío y comencé a secarme las piernas y las parte del bañador. En ese momento, ella se acercó a mí, hasta ponerse justo enfrente y se quitó la toalla.
    
    No sabía qué hacer y mucho menos que decir. Esa sonrisa que había visto en el espejo, se dibujó de nuevo en su rostro mientras me miraba a los ojos. Los suyos eran un poco pequeños pero de un bonito azul claro, su pelo castaño le llegaba hasta un poco por encima de sus hombros. Su pecho, también pequeño, estaba un poco caído pero tenía mucho encanto, al menos para mí. Seguí bajando mi mirada, pasando por su delgada cintura, su pubis velloso hasta llegar a ...
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