Al final me descubrieron, empiezo a liberarme
Fecha: 05/01/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Don Carlitos, Fuente: CuentoRelatos
Luz, era el nombre de una famosa revista especializada en el amplio tema sexual, entre los variados contenidos se ocupaba el homosexualismo que no podía estar ausente, la lectura de estos artículos fueron el inicio para descubrir el fabuloso mundo del sexo entre hombres.
Mi nombre es Carlos, actualmente tengo 67 años, estoy casado por más de cuatro décadas, mi contextura es la de un hombre normal, mido 1,83 metros con 94 kilos de masa corporal, lampiño, de tez blanca, buenas piernas y buen culo pues práctico el ciclismo de montaña para mantenerme en forma.
En una red social me llama la atención el anuncio de Pedro: un masajista que ofrece sus servicios en su local o si prefieres él puede acudir al lugar que tú le indiques, luego me entere que era un hombre no tan agradable a la vista, pero lo que importaba es su trabajo y no su rostro, eso pensé al principio de nuestra relación.
Los fines de semana son adecuados para las salidas largas en bicicleta, rutas de más de 70 Km, un domingo cualquiera el ejercicio me dejo agotado y con un dolor en mis piernas especialmente en mis muslos, la pierna derecha era la más afectada, me extraño un poco porque siempre acostumbro a pedalear lejos sin ningún tipo de problema, intrigado pregunto a uno de mis compañeros de ciclismo que es lo mejor que puedo hacer para aliviar este malestar, me recomienda un masaje en todo el cuerpo.
Decido llamar a Pedro para consignar una cita para el siguiente día, me indica que por el momento su ...
... consultorio está en mantenimiento, que no me puede atender, pero sin embargo me ofrece ir con su camilla portátil y tratar de aliviar así mi molestia, me parece una idea fantástica pero a su vez se me complica ya que en mi casa tampoco lo puedo hacer, pues mi esposa Laura va a tener un reunión con sus amigas de colegio para planificar la fiesta de egresadas del colegio.
Para mi suerte es ella quien me sugiere usar la casa de su madre que al momento se encuentra totalmente desocupada esperando ser vendida a la brevedad posible, me pongo nuevamente en contacto con Pedro, le indico la dirección de la casa y quedamos en encontrarnos a las 17 h. Acudo a la cita en forma puntual, para mi sorpresa ya encuentro a Pedro esperándome.
Enseguida nos identificamos Pedro es un hombre de unos 40 años, calculo que debe medir 1.70 metros, un tanto gordito, bien vestido, de olor agradable, y con una barba de dos días. Tengo dificultades en ubicar la llave correcta para abrir la puerta principal de la casa de mi suegra, seguridades antiguas y con cierta maña para ser abiertas.
Pedro carga su equipaje compuesto por una camilla portátil de madera, una larga extensión de luz, un aparato vibratorio el mismo que puede ser intercambiado sus cabezas y la velocidad del mismo, además una maleta en la cual hay esencias, velas, aceites lubricantes y quien sabe que otras cosas tendrá, me quede con la curiosidad.
Me indica que necesita un cuarto amplio para colocar su camilla, decido ir al último ...