Unas vacaciones con mis tías (P. 14): Mi madre abre su mente
Fecha: 24/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... como la tienes!
-Anda, ven aquí y pon las manos sobre el coche!
Le dije totalmente ofuscado. Mis neuronas ya no se conectaban, más bien saltaban como muelles chocando unas contra otras sumiéndome en un mar de lujuria. El deseo de follarme a mi madre en ese momento ya era un imperativo en mi mente. Mi madre puso las manos sobre la parte trasera del coche y preguntó nerviosa.
-Dónde está? Dónde está?
-Olvídate de él! Le dije agarrándola por la cintura para colocarla en la posición adecuada.
Bajé las manos y tire de su vestido hacia arriba hasta dejarle el culo al aire. Lo sobe mientras lo miraba con deseo, un deseo que no dejaba de arder en mi cuerpo. Era la segunda vez que me iba a follar a mi adorable madre, y ese deseo era mayor que la primera vez. Me estaba empezando a parecer como la adicción que crea una droga.
-Me va a ver el culo! Dijo de repente.
-Y que quieres, que te folle con el vestido bajado? Le contesté cínicamente.
Me acerqué a su cuello y lo lamí como un perro sediento de sexo. Noté mi endurecida polla pegada a su culo, ese culo que siempre había deseado y que no paraba de llenar mi mente depravada. Le puse la mano sobre el cuello para hacer que se inclinara, abrió las piernas, y sus abultados y mojados labios genitales aparecieron majestuosos bajo sus muslos. La depravación y la lujuria me inundaron mirando esa deliciosa imagen.
-Mira! Mira! Está ahí, mirando!
Volví la cabeza hacia donde me señalaba, y ahí estaba el camarero, dos ...
... coches más allá, con una sonrisa lasciva y penetrante. En ese momento solo le veíamos la cabeza por encima de los coches, pero se movía sigilosamente.
Presioné con mi polla, ya orientada, y sentí como atravesaba los jugosos labios de mi madre. Ella dio un leve gemido al sentir la penetración sin dejar de mirar al camarero. El estar en plena calle, con el culo de mi madre en pompa, había desatado mis instintos más básicos. La agarré con fuerza de las caderas y comencé a embestir como si estuviera poseído. Mi polla atravesaba los gruesos y jugosos labios como si la hubieran engrasado con el mejor aceite del mercado.
-Se ha sacado la polla!!
Casi gritó mi madre con una mezcla de nerviosismo y excitación. Miré, y así era, estaba a unos cinco o seis metros de nosotros. Se había dejado ver de cuerpo entero y mantenía el miembro agarrado con una mano.
-Ahhh! Joder! Ahhh! Que grande la tiene!
Exclamó de nuevo mi madre jadeante y con una excitación que hacía temblar todo su cuerpo.
-Diosss! Ahhh! Que caliente…ahhh… me está poniendo esto!
Volví la vista al culo de mi madre y seguí embistiendo, pero ella parecía no tener bastante.
-Masss! Más deprisa! Gritó de nuevo.
-Eso! Dale más fuerte! Gritó el camarero masturbándose a escasos metros de nosotros.
-Diosss! Me dan ganas de chupársela!
-Pero qué dices, mamá!!
Noté como el volcán de su coño volvía a lanzar una masa de fluido caliente. Yo ya no la embestía, prácticamente la empotrara contra el coche de ...