Unas vacaciones con mis tías (P. 14): Mi madre abre su mente
Fecha: 24/11/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
Gracias por leer mis relatos. La historia se va acabando. Creo que todos los que escribimos agradecemos mucho vuestras valoraciones y sobre todo las opiniones.
Mi madre me abre su mente
Noté un suave roce en la mejilla y abrí los ojos, era mi madre con su sonrisa esplendida.
-Hola hijo! Son casi las dos de la tarde, dormilón! Me dijo con su voz cálida
-Vaya! Pues si que he dormido! Anoche me pase con la bebida! Dije intentando justificarme.
-Venga, levánta y vístete, que nos vamos a comer al pueblo!
-Al pueblo? Joder, no me dijeron nada anoche!
-Lo han preparado tus tías está mañana. Nos han reservado una mesa para los dos!
-Para los dos? Y ellas, donde están?
-Se han ido a la ciudad con tu hermana. Piensan pasar allí todo el día!
“ Que estaba pasando? “ Me pregunté todavía con la mente confusa pensando en lo que había ocurrido la noche anterior. Decidí levantarme y tomar un café con un calmante, uno pararía el leve dolor de cabeza, seguramente por el exceso de whisky , y el otro me despejaría. Necesitaba aclarar mi mente y pensar, no sabía que estarían tramando las brujas de mis tías y mi hermana, pero seguro que algo se traían entre manos.
Me puse unos pantalones cortos y una camiseta y bajé a la cocina, donde ya estaba mi madre poniéndome el café.
-Y como es que las tías nos han reservado una mesa?
-Pues no sé, solo me han dicho que se iban a pasar el día en la ciudad y que lo pasáramos bien, que era un restaurante único!
-Voy a ...
... ponerme un vestido y nos vamos a comer! Añadió finalmente viendo que yo no decía nada.
Cuando bajó de nuevo a la cocina, abrí los ojos con excitación.
-Vaya! Estás guapísima, mamá! Expresé sin contemplaciones, haciendo un rápido examen de su bonito cuerpo.
Se había puesto un vestido corto de licra, con unos tirantes que dejaban un generoso escote. El color beige la sentaba muy bien, marcando sus bonitas tetas de una forma sediciosa. Si siempre me había parecido que mi madre estaba buenísima, en este momento me deslumbraba.
-Gracias hijo! De verdad que te gusta? No se, lo veo algo corto, pero tus tías se empeñaron en que me lo llevará y no pude decir que no!
-Pues le daré las gracias a las tías! Creo que seré la envidia del restaurante!
-Calla, calla! Vas a hacer que me ponga colorada! Venga, vámonos que se hace tarde!
Montamos en el coche y durante los cuatro kilómetros de camino para subir a lo más alto de la colina, mi vista parecía tener vida propia mirando los deliciosos muslos que mostraba sentada en el asiento de mi lado. El restaurante estaba en un acantilado con unas vistas preciosas y aparqué el coche entre unos árboles que llenaban de sombra la zona del parking. Atravesamos el umbral de una doble puerta y el metre nos condujo a una mesa de la terraza, y vi como miraba a mi madre, creo que puedo reconocer el deseo cuando es tan flagrante, sus ojos la habían desnudado de un solo vistazo.
Ya sentados alrededor de la mesa redonda, con un mantel ...