Una madura con ganas
Fecha: 29/12/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... Ella los gestos de él, y él la gesticulación que ella hacía en respuesta a sus movimientos. El hombre, empujaba y empujaba, y, preso de la excitación, hasta se atrevió a tomar a mi mujer por los cabellos para halar su cabeza hacia atrás mientras empujaba dentro de ella.
La altura que le permitía alcanzar ella con sus botas calzadas facilitaba el trabajo de Carlos Alberto, quien, fascinado con la imagen que veía en el espejo, parecía motivarse más y más para mantener ensartada a mi mujer, procurándole una experiencia para recordar. Más luego, decidió tomarla por los brazos, estirándolos hacia atrás, lo cual pareció acrecentar la profundidad de la penetración y sensaciones diferentes para ella, que, a esas alturas, parecía disfrutar con los movimientos vigorosos y continuos de su amante.
El hombre, en un momento dado, se aferró a los muslos de mi esposa y, removiendo su pene dentro de ella, arreció el movimiento y, quizá estimulado por los resoplidos que ella profería, finalmente llegó a su clímax. Eyaculó dentro de ella. No sacó su pene como lo hizo en otras ocasiones. Sus manos se dirigieron a las nalgas de él para retenerlo, pegado a su cuerpo, extendiendo el momento hasta más no poder. Allí permaneció él, de acuerdo a sus deseos, aprovechando para palpar el cuerpo de ella mientras todo acababa. Finalmente se apartó, flácido ya su miembro, dando por terminada aquella velada.
¿Estuvo mejor? Pregunto ella. Sí, dijo él. Me gustó mucho más. Bueno, dijo ella, espero no ...
... haberte defraudado. ¿Por qué lo dices? Pregunto él. Quizá no era la aventura que esperabas y no quise que te fueras con la sensación de haber perdido la noche. No, dijo él. Para nada. Todo estuvo perfecto. ¿Y para ti? Inquirió él. Todo estuvo bien, dijo ella. Cualquier experiencia es bienvenida y, a estas alturas de mi vida, ya no se es tan exigente. El momento se disfruta y se agradece. ¿No te parece? Sí, respondió él un tanto meditativo.
Ella, frente a él, terminó de desnudarse, quitándose el body que mantuvo puesto durante toda la faena. Y ahora, dijo, quisiera regalarte el modelito que tanto te gustó. Pudieras regalárselo a tu pareja, cuando aparezca, o a una de tus amiguitas. Yo ya lo disfruté. Ahora es tuyo. Y recogiendo las prendas en una bolsa de plástico que le dieron en el almacén, se las entregó. Gracias, dijo él. Espera, todavía faltan las medias. Y, entrando al baño, con sus cosas a mano, dijo, espérenme un ratico que me voy a arreglar. Oímos sonar la ducha y poco rato después salió, vestida con su abrigo, y le entregó a Carlos las medías que faltaban para completar el ajuar que le había regalado. Espero haber estado a la altura de tus amigas más jóvenes y que no te olvides que las maduritas también tenemos ganas. Sí señora, no lo olvidaré, dijo él.
Carlos entró al baño, se vistió y, una vez todos reunidos, dimos por terminado aquello y nos despedimos. Y cogimos cada uno por nuestro lado. Ya habrá otra oportunidad, dijo mi esposa, quien solamente iba vestida ...