Una madura con ganas
Fecha: 29/12/2023,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... Tranquilo; pierda cuidado, dijo mi mujer.
Me llamo Carlos Alberto Chavez, soy ingeniero industrial y trabajo para el gobierno, continuó, mientras le extendía una tarjeta de presentación personal, que ella recibió. De verdad, me gustaría verla luciendo ese vestido. Y, si existiera tal posibilidad, me gustaría que me llamara y me aceptara una invitación para charlar un rato y conocernos un poco más. Esto es extraño, pero lo pensaré, le había dicho ella. Espero no haberla importunado, dijo aquel. Que pase buena tarde. Y se despidió alejándose de allí.
Y eso hace cuanto fue, pregunté. Hace exactamente dos semanas. ¿Y? Pues, yo lo llamé, me dijo. ¿Y si era quien dice ser? Si, dijo, mostrándome su tarjeta. En ella estaba impreso Gobierno Nacional, Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Carlos Alberto Chavez G. Oficina de Planeación. E-mail, teléfono fijo y teléfono celular. ¿Y qué pasó en esa conversación? Nada especial. Me invitó a almorzar cerca de su oficina en el centro. Eso fue el viernes de la semana pasada. Yo acepté su propuesta y fui…
Y ¿qué pasó? Fue un encuentro muy formal y él estuvo muy atento conmigo, me confesó. ¡Me imagino! dije. Me contó acerca de su trabajo, sus antecedentes familiares y que andaba tratando de adquirir más confianza, porque había pasado muchos contratiempos en el ejercicio de su rol con otras personas, especialmente con las mujeres. Y que, en aquella ocasión, se había atrevido a dirigirse a mí para confiarme lo que pasaba por su ...
... cabeza, lo cual, aunque no pareciera, le había costado trabajo, porque generalmente él no es así. Y le creíste, comenté. Yo solo te cuento lo que me dijo, respondió.
También le pregunté si lo de verme lucir el vestido era verdad o solo una excusa para desinhibirse y hablar directo con una mujer. Me dijo que no. Que era lo que pensaba en ese momento y que por eso lo había comentado. Y, entonces, insistí, ¿qué intenciones había detrás de aquellas palabras? Nada indebido, contestó. Lo que dije fue lo que pensé en ese momento y aún lo pienso. Me llamó la atención la mujer que estaba a mi lado y así se lo hice saber. Y ¿hay algo más? Repliqué. Pues me gustaría que nos conociéramos un poco más, si no le molesta. ¿Eso implica sexo? Pregunté. ¿Hay algo malo en eso? Contestó. No, le dije. ¿Usando ese vestido? Pregunté. Sí, me gustaría.
Esto es una aventura tanto para ti como para mí. Y, como imagino supondrás, yo soy una mujer casada. Mi marido está incluido en la experiencia, si es que me propongo en seguir adelante con esto. Me preguntó qué significaba eso. Le dije que tú me acompañarías en lo que fuéramos a hacer y que, si no era de esa forma, no habría futuro para esa fantasía. Me dijo que confiaba en mí y que él estaría dispuesto a lo que yo le dijera, pero me pidió que le explicara cómo funcionaba eso. Simple, le dije. El encuentro sexual es entre tú y yo, pero mi marido está presente. No lo hago si es de otra manera. Okey, habría dicho aquel.
Acordamos que nos veríamos el ...